México, septiembre (SEMlac).- (Imagen Ilustrativa/depositphotos) Fue en el marco de la conmemoración del Día Internacional de la Ciudadanía de las Mujeres -8 de septiembre- que se hizo escuchar la voz de las mexicanas al presentar los resultados obtenidos en la Jornada Nacional "Por el México que queremos las mujeres", organizada por diferentes colectivas feministas y representantes de la sociedad civil, que busca integrar una agenda política, legislativa y de gobierno para las mujeres.
Mujeres que alzaron la voz en el antiguo recinto de la Cámara de Senadores, a nombre de las 66,2 millones que viven en México, después de haber recorrido el país para que a través de nueve foros regionales plasmaran en una agenda nacional feminista necesidades, ideas, solicitudes, deficiencias, sueños, pero, sobre todo, lo que las mujeres les quieren decir a las candidatas y a los candidatos que contenderán en el proceso electoral de 2024.
Desde mi conocimiento, por primera vez en 1916 se llevó a cabo el Primer Congreso Nacional Feminista en Yucatán, considerado un parteaguas en México. Allí recordemos a nuestra querida Hermila Galindo, que desde entonces en un discurso memorable ya defendía los derechos reproductivos y sexuales de la mujer, así como sus derechos políticos y electorales; temas de relevante actualidad.
Posteriormente, surgieron otros movimientos postrevolucionarios como el de 1934, cuando nace el Frente de Mujeres Mexicanas; en 1935 nace el Frente Único Pro-Derechos de la Mujer, con la destacada participación de Consuelo Uranga, Frida Kahlo, Adelina Zendejas y María del Refugio García. En 1941, se integra la Alianza Nacional Femenina, con el propósito de pedir acceso a las mujeres a puestos públicos, tema por demás también de actualidad.
Es en 1971 cuando nace Mujeres en Acción Solidaria (MAS). El primero de una serie de grupos feministas influenciados por el feminismo estadounidense y europeo.
Ahora, el 8 de septiembre de 2023, después de décadas, es la primera vez que mujeres representativas de diferentes zonas geográficas se reúnen para escuchar, dialogar, proponer y acordar una agenda feminista nacional. Sí había escuchado sobre agendas de pequeños grupos y/o asociaciones que coincidían en alguna temática, pero nunca para construir una agenda que integrara las necesidades reales de mujeres que habitan en los cuatro puntos cardinales de México.
Desde mi visión, las feministas se suben al ring ante el protagonismo soso, aislado y rendido a los pies del patriarcado en los congresos locales, en los niveles de gobierno estatales y federal, de no representar a sus iguales ni escuchar en sus agendas políticas los gritos mudos de las mujeres, cualquiera que sea su edad.
En un hecho histórico, es el momento de las mujeres que, a través de la manifestación de las ideas, están enviando el mensaje de que quieren ser partícipes de la agenda nacional; que quien pretenda legislar salga a las calles, a las comunidades, ahí en donde encuentran a las mujeres de a pie. No más acciones o estrategias impuestas y elaboradas desde el escritorio; es momento de salir al territorio, de constatar cómo sobrevive una madre soltera con sus hijos, cómo vive una mujer que cuida a sus ancianos o a su hijos discapacitados, sobre la situación legal de las mujeres privadas de su libertad, de aquellas que lloran y claman por sus hijos desparecidos; o de las niñas y jóvenes que viven estigmatizadas no sólo por fuera, sino por dentro, a causa de un ataque de violación.
Señores y señoras que viven de la política, entiendan que de nada sirve estar gastando los pocos recursos en pláticas, conferencias y talleres que no llegan a quien más los necesita, que sólo se los roban entre funcionarios y funcionarias de las diferentes dependencias de los tres niveles de gobierno. Entonces no, no es la solución; basta de tomarse la foto, basta de gastar en testimonios ADOC al personaje de moda; es momento de tener una visión de lo que piensan, quieren y necesitan más de la mitad de los mexicanos para elaborar políticas públicas que solucionen de raíz el problema y no limitar el interés por las mujeres sólo en años electorales.
Es lamentable que secretarias de Estado, directoras generales, diputadas locales y federales, senadoras, regidoras y todas aquellas que ostentan cargos públicos se dediquen a cacaraquear planes y programas de gobierno, agendas de institutos políticos dictados y escritos por el cabecilla en turno y/o por adoctrinamientos de partidos políticos arcaicos, cerrados a los cambios urgentes que demandan las mujeres que, diariamente, conviven con el miedo, con la inseguridad, con la violencia y con los feminicidios disfrazados de homicidios dolosos en este país.
Por primera vez las mujeres se organizaron sin importar ideologías ni colores. Así, cada representante regional tomó el micrófono y ante legisladoras, funcionarias y representantes de la sociedad civil dieron lectura a los resultados logrados en un ejercicio de transparencia, de esperanza y de seguir creyendo que más de la mitad de los mexicanos exigen ser visibilizadas.
Ya no hay pretexto para seguir ignorando lo que las mujeres quieren de su país; están exigiendo a las diputadas, senadoras, regidoras y funcionarias sororidad, empatía y responsabilidad en la toma de decisiones; pero, sobre todo, demandan un trabajo digno, con voz propia, dejar de ser marionetas del sistema patriarcal y levantar la voz por todas, cambiar la sumisión y la obediencia por la sororidad y la empatía de género.
Fuente: Cronología: 127 años de feminismo en México - Entre Ladrillos
(*) Escrito para La Costilla Rota, publicado el 18 de septiembre