Grupo Relámpagos del Estado de México ayuda a salvar vidas desde el aire

11 de Marzo de 2019
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Toluca, 11 Mar (Notimex).- La Unidad de Rescate Aéreo del Estado de México, Relámpagos, es un agrupamiento de apoyo para emergencias y desastres, que a través de helicópteros ambulancias acude a todo el territorio estatal para reducir el tiempo de respuesta ante situaciones de auxilio.

Las misiones que realiza el Grupo Relámpagos son de ambulancia aérea de primer contacto, traslados entre hospitales, urgencias ginecológicas (códigos mater), traslado de órganos y combate a incendios forestales. Además, búsqueda y rescate en zonas montañosas y de difícil acceso, apoyo a los cuerpos de rescate en tierra e incluso transporte de víveres en situación de desastre.
“La ventaja principal de tener un helicóptero ambulancia en un rescate aéreo es que el paciente reciba la atención inicial lo más pronto posible, en lugares retirados o agrestes de complicado acceso, y ser trasladado a un hospital para su recuperación y pronta integración a la sociedad”, declaró en entrevista con Notimex el paramédico rescatista, Ángel Zúñiga Hernández.

El Grupo Relámpagos fue creado en 2006, actualmente forma parte de los Servicios Aéreos del Estado de México, donde a través de empresas especializadas nacionales y extranjeras capacitan a rescatistas y pilotos para realizar sus funciones.

El paramédico explicó que la activación de los servicios aéreos se realiza por tres métodos. El primero es cuando se da un reporte por parte del 911 o de los cuerpos de emergencias en algún municipio de la entidad. En este caso, se les especifica si el paciente está en una zona de difícil acceso para que un helicóptero con grúa y tripulación específica se traslade hasta el sitio.

El siguiente método de activación es cuando el paciente ya recibió una atención y una ambulancia se encuentra con él. Aquí los Relámpagos funcionan como un eslabón de traslado desde el escenario a un hospital. En el tercer método, los helicópteros realizan traslados de un hospital a otro de mayor nivel y con más recursos de atención especializada.



Zúñiga Hernández detalló que en cada emergencia se planifica una logística para la operación. En ella, se determina el equipo de trabajo que se trasladará, el escenario del sinestro y los puntos de aterrizaje. “Siempre la logística se genera por parte de las tripulaciones antes de salir al hangar, no salimos con los ojos vendados, siempre tenemos un previo tiempo de preparación”, comentó.

Señaló que el tiempo es el factor determinante en cada una de sus misiones. La prioridad es que el paciente reciba la atención urgente y sea enviado a un centro hospitalario conveniente, teniendo un manejo adecuado en todo el trayecto.

Aparte de la velocidad, otra de las ventajas que tienen los helicópteros Relámpago es el contar con un panorama amplio de las situaciones, que se adquiere con la logística interna y previsiones, esto repercute en una visión eficaz de las maniobras que resultan en rescates precisos.

A través de capacitaciones y simulacros, los integrantes de la agrupación se alistan para atender incidencias de cualquier magnitud, logrando resultados eficaces.



Por ejemplo, apuntó que de la ciudad de Toluca a un punto alejado de la entidad, como lo es la localidad de San Pedro Limón, en los límites con el estado de Guerrero, el trayecto es de 30 minutos de ida y 30 de regreso aproximadamente, en un traslado de paciente.

“Si es una situación de un accidente en un tramo carretero, hay que pensar que vamos a llegar a un lugar donde una persona está pasando por el peor momento de su vida y tenemos que controlar el escenario y a las personas que se encuentran ahí. Aparte, es común ver patrullas y ambulancias, pero no que llega un helicóptero y aterriza al lado de un accidente”, expuso.

El paramédico rescatista declaró que para formar parte del Grupo Relámpagos, la Secretaría de Salud estatal les exige una formación en el ámbito prehospitalario para intervenir pacientes, neonatales, pediátricos, adultos, y para asistir traumas, enfermedades y urgencias ginecológicas.

Asimismo, cada aeronave cuenta con equipo médico adecuado como monitores, ventiladores, desfibriladores, bombas de infusión, todo lo que un paciente requeriría en una sala de terapia intensiva, pero en este caso portátil. Para las operaciones con grúas, son empresas extranjeras los que capacitan a los rescatistas.
“La dirección médica nos tiene un plan periódico de entrenamiento y adiestramiento. Para mantenernos al día, en coordinación con la fundación Michou y Mau, tenemos adiestramiento y capacitación anual para el manejo de pacientes quemados, ya sea niños o adultos. Engloba todo un perfil del paramédico aéreo para que estemos listos para cualquier situación de emergencia”, aseveró.

Ángel Zúñiga reconoció la labor de la Unidad de Rescate Aéreo como un privilegio para los mexiquenses, pues aseguró que los servicios que presta son de alta calidad a nivel nacional e internacional.

“El Estado de México afortunadamente tiene estos helicópteros que pueden ayudar, que estamos para ayudar y servir a cualquier mexiquense, y obvio no nada más a los mismos, se apoya a otros estados, pero tenemos la capacidad, la herramienta, el conocimiento y el equipo para poder usar este servicio en el Estado de México”, puntualizó.

En los vuelos la tripulación de la aeronave está conformada por un piloto, quien es la máxima autoridad durante toda la operación, además de un paramédico, quien asume toda la responsabilidad del paciente en la condición que se encuentre.

El capitán y piloto de rescate, José Rojas Díaz, habló de las consideraciones y retos que se encuentra en cada misión que realiza en el Grupo Relámpagos. Detalló que toman en cuenta el peso de la aeronave y lo que puede cargar, la distancia que recorrerá y, conforme a eso, determinan el combustible necesario.

“Principalmente, nosotros vemos el combustible con que llegamos al área dónde se va a brindar el servicio y que nos alcance para regresar, pero también, si es un área alta, no estar limitado por la potencia del helicóptero.

“En un vuelo de rescate y cuando utilizamos la grúa hay que mantener el helicóptero estable, con las indicaciones que nos da el operador (…) esa es una de las maniobras más difíciles, podemos mantener el vuelo estacionario, pero no sólo eso, sino saber cuando hay mucho viento o tenemos poca potencia en el helicóptero, saber cuánto podemos cargar y cuánto no”, explicó.

Precisó que en la Unidad de Rescate Aéreo cuentan con helicópteros Agusta A119 y Agusta A109, que son exclusivamente para rescate.

Con estas aeronaves dan servicio en todo tipo de terreno y sólo están limitados por cierta altitud de entre 15 mil y 16 mil pies; de igual forma, en el primer modelo, el vuelo se limita a tener siempre contacto visual con el terreno, mientras el A109 cuenta con piloto automático que ayuda a mantener rumbos y altitudes para mantener un trayecto seguro.

“Desde que nos activan y dicen que va a haber algún servicio de alguna ambulancia, nosotros tenemos que supervisar, nos informan las condiciones climáticas que siempre son cambiantes en esta ciudad, entonces debemos de tomar en cuenta qué condiciones nos vamos a encontrar en la ruta.

“También si en el lugar donde vamos a aterrizar hay visibilidad y se puede aterrizar o no, porque muchas veces, aunque queramos brindar el servicio, no se puede por las condiciones climáticas y, a veces, aunque no queremos, tenemos que suspender el servicio”, comentó.

Egresado de la Fuerza Aérea Mexicana en el 2001, Rojas Díaz entró al Colegio del Aire y se graduó en el 2004; de ahí al 2012, voló helicópteros MD 530 en el Escuadrón Aéreo 102 y aeronaves 412 en el Escuadrón 101, en la base de Santa Lucía. En 2015, se unió al Grupo Relámpagos y ahora es comandante de un helicóptero Agusta A119.
“Para ser piloto de rescate nos dan cursos distintos a los que se toman en la Dirección General de Aeronáutica Civil; aparte los cursos que debemos de tener del helicóptero, nos piden también de operación en rescate, y el de operación de extinción de incendios, es otro curso que viene una compañía de Canadá a darlo”, apuntó.

El capitán José Rojas indicó que todos los servicios que se hacen en la unidad de rescate son gratuitos para la población, y los costos de mantenimiento y combustible son por parte del gobierno del estado.

Externó la importancia de los trabajos que realizan en la unidad de rescate, pues de ellos depende que un paciente en un estado crítico pueda salvarse o tenga secuelas por algún accidente. “Para mí es un honor poder brindar este servicio, porque se ayuda mucho a la población y, en muchos casos. el primer contacto que se hace con el helicóptero es primordial.

“Nunca pensé que fuera a llegar a esta situación de poder ayudar, aparte de pilotar, de hacer lo que me gusta, brindar esto; creo que este trabajo es muy satisfactorio para las personas que estamos acá y lo hacemos con mucho gusto”, compartió.

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