Donativos reconstruyen el corazón de la Sierra Madre en Chiapas

05 de Junio de 2018
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Villaflores, 5 Jun (Notimex).- Los Laureles es un ejido ubicado en una ladera de la Sierra Madre de Chiapas, la localidad es habitada por cerca de 300 habitantes distribuidos en enormes llanos y veredas, la tranquilidad de sus vidas en las faldas de la montaña se vio interrumpida por un sismo el 7 de septiembre a las 23:49 horas.

El movimiento en compañía de un estruendo profundo recorrió la escasa población, se metió a las viviendas de adobe y las destruyó. Los pobladores de Los Laureles son recios y enfrentan cada día las condiciones que otorga un alto grado de marginación, pero después del temblor tuvieron que hacer frente, además, a perder su vivienda y sus pertenencias.

Para llegar a la comunidad desde Tuxtla Gutiérrez es necesario recorrer un camino de tres horas por estrechos caminos de tierra y a través de ríos que escurren de la montaña; durante la temporada de lluvia los ríos crecen y el lodo impide el paso aún a vehículos todoterreno por lo que el ejido queda incomunicado.

Ni la distancia, ni lo agreste del campo impidieron que hasta Los Laureles llegara la solidaridad, el Fondo de Conservación El Triunfo (Foncet), que se encarga de la administración de los recursos financieros para preservar la Reserva de la Biósfera del mismo nombre identificó las necesidades de diversas comunidades e inició el camino para buscar recursos para la reconstrucción.

Al respecto la directora del Foncet, Ana Valerie Mandri, afirmó, “Nosotros trabajamos en las comunidades y vimos lo que pasó después del sismo, entonces podíamos ignorar el problema o hacer algo”.

Mandri explicó que aceptar el proyecto de la reconstrucción no fue una decisión fácil toda vez que el fondo no se dedica ni es experto en el tema, por lo que se tuvieron que rodear de otras instituciones para generar una estrategia.



De manera posterior, se inició con la primer etapa que consistió en la entrega de ayuda humanitaria “llevamos víveres a las comunidades pero no en las tradicionales despensas por que vimos que no eran funcionales en las zonas rurales, por ejemplo, las personas de muy buena voluntad mandan pañales muy caros y eso es innecesario es mucho más útil para ellos una bolsa de maíz”.




Apuntó que decidieron adquirir tonelada de arroz, maíz, frijol y sal a granel y después entregarlo a la comunidad para que ellos distribuyeran los productos de acuerdo a las necesidades de cada familia.

Dijo que con la distribución a granel se generaron menos residuos sólidos y se eficientó la logística, además se generaron menos conflictos porque cada quien recibió los que necesitaba,“en esta situación no se pueden generar problemas porque nosotros llegamos y nos vamos de la comunidad pero ellos serán vecinos toda la vida”.

En cuanto a las donaciones, dijo que las personas se acercaron al fondo porque “es evidente que hay una falta de confianza, la gente quería ayudar porque desgraciadamente existe una falta de credibilidad en los distinto niveles de gobierno y en las instituciones”.

En una segunda etapa, señaló, se regalaron lonas para construir refugios temporales; después la tercera etapa consistió en la reconstrucción aunque reconoció que para ello no tenían dinero.

Fue entonces cuando el Consejo de Exportadores de Carne de Ave y Huevo de los Estados Unidos (USAPEEC por sus siglas en inglés), realizó una donación por 250 mil dólares a fin de reconstruir las viviendas.

La gerente de mercadotecnia de USAPEEC, Alma Lilia de León, aseveró, “nos enamoramos del proyecto y sentíamos la misma pasión por ayudar, nos acercamos a Foncet porque ellos conocían las necesidades y sabían cómo llegar a estas comunidades tan remotas”.



“Nosotros tenemos claro que Estados Unidos y México, no pueden vivir sin los recursos que ofrecen ambos países, hemos sido amigos desde hace mucho tiempo primero en el ámbito avícola y ahora hasta en la reconstrucción de casas”, abundó la representante del consejo que tiene 13 oficinas en México.




Cuestionada respecto a la elección del fondo como administrador de recursos reconoció que a través de ellos encontraron una forma sencilla de dar seguimiento al destino de los recursos.

“Queríamos llegar a donde casi nadie llega y yo sentía que en la Ciudad de México la ayuda fue abundante durante la emergencia así que buscamos este lugar tan alejado para que ellos también sintieran que no están en el olvido”, afirmó.

Mencionó que los recursos en beneficio a la sociedad que ofrece USAPEEC han llegado hasta Japón y en general apoyan a desastres naturales por lo que tienen la esperanza de que en el futuro se logré una nueva donación a fin de terminar con algunas nuevas reparaciones en las comunidades.

De esta manera, bajo el proyecto “Reconstruyamos México en el corazón de la Sierra Madre en Chiapas”, coordinado por Fonset en las comunidades de Los Laureles en Villaflores y Monte Virgen y Vista Alegre en el municipio de Montecristo de Guerrero, se logró la reconstrucción de 24 casas y una escuela, así como la múltiples reparaciones en beneficio de 118 familias.

El ingeniero, Carlos Miguel Herrera Tapia, miembro de la organización Ecosistemas y quien dirigió el proyecto en el campo, explicó que la elección de los beneficiarios estuvo a cargo de los mismos habitantes de la comunidad que determinaron quienes eran las personas que más lo necesitaban.

“El reto más grande fue el de lograr que la comunidad se integrara para el beneficio de algunos, fue un proyecto muy demandante, al ser comunidades tan retiradas el acarreo del material fue muy complejo”, señaló.

Las casas constan de tres cuartos y una galera que funciona como cocina, fueron construidas con materiales sólidos como block a fin de realizar una reconstrucción rápida antes de la temporada de lluvias.

Buscamos que con la reconstrucción de las casas, también hubiera una reconstrucción del tejido social, trabajamos para que el proyecto no generara divisiones sino para que uniera a la comunidad en un mismo fin.



“Hasta los niños participaron y a partir de ahora tienen el ejemplo de sus padres para trabajar en unidad y de saber que hay gente que con amor donó desde otros lados, la regeneración del tejido social es un beneficio que aún no podemos medir pero creo que es de lo más importante que les ha pasado por acá”, señaló Carlos quien incluso duerme en la comunidad para coordinar las labores.




Explicó que los productos se adquirieron en abarroteras y casas de materiales locales a fin de abaratar los costos de traslado y además impulsar la economía local.

Bajo paisajes puros, primitivos, no contaminados tal como los habitantes de Los Laureles inició el proceso de reconstrucción a lo largo de tres meses.

Una vez terminados los trabajos se realizó una ceremonia a la que acudió Ana Valery, Alma Lilia y Carlos, además de un grupo de prensa nacional por lo que en Los Laureles sus habitantes se organizaron para preparar caldo de pollo y arroz y así celebrar la entrega de las viviendas.

El señor Evi, comisariado ejidal dijo haber sentido una gran tristeza por ver a su comunidad tan afectada, pero aseguró que fue aún más triste no contar con apoyo del gobierno “no aparecíamos ni siquiera en su mapa y eso es una lástima y una tristeza para nosotros”, por lo que agradeció a los donantes y al Foncet las nuevas casas.

La ceremonia de entrega se realizó en la casa ejidal, última obra en la que participaron gobernantes de la entidad y que data de 1993, desde ahí, don Roberto presentó un corrido que compuso para la ocasión: “señores quiero cantar una canción de alegría, se realizó nuestro sueño que todos tanto querían, por obra de nuestros hermanos formaron la ranchería...”, cantó emocionado para agradecer las obras.

Los habitantes de Los Laureles y de las otras comunidades beneficiadas están pendientes del delicado equilibrio ecológico del que no sólo depende la biodiversidad, sino también su subsistencia al vivir del autoconsumo del frijol y del maíz, así como del preciado café de fama internacional y que le proporciona al ejido dinero por la venta de las cosechas, aunque de acuerdo con sus habitantes no siempre es bien pagado por los intermediarios.