La especialista en el sector inmobiliario de alta gama explicó que en el sector es muy común toparse con bienes intestados que no pueden adjudicarse sin un juicio de por medio, que dura por lo menos de dos a cinco años.
En un comunicado, mencionó que en el país es muy poca la cultura de prevención, pues cinco de cada 100 mexicanos aseguran el futuro de sus familias con un testamento, aunque existan campañas como la de “Septiembre, mes del Testamento”.
Refirió que un testamento es un instrumento legal el cual se otorga ante notario público, donde se manifiesta la voluntad sobre el destino de los bienes y derechos al morir; es la herramienta ideal para garantizar la seguridad jurídica de un patrimonio.
Durante la campaña, los notarios de todo el país extienden sus horarios de atención, brindan asesoría jurídica y bajan sus honorarios hasta 50 por ciento, ya que la Secretaría de Gobernación pretende promover el otorgamiento del testamento y contribuir a una cultura de previsión, de certeza y seguridad jurídica en el derecho a heredar.
Expuso que en algunos casos los notarios llegan a atender en sábados y domingos, aunque depende de cada notaría, y el costo normal por testamento oscila entre los cinco mil 900 y los seis mil 200 pesos, y con el descuento del referido programa se paga alrededor de dos mil 200 pesos.
El testamento es personal, pero si el interesado se encuentra bajo el régimen de sociedad conyugal, entonces tendrá que asistir a la notaría con su cónyuge y con un testamento; al fallecer el testador, los bienes pasan de forma expedita e inmediata a las personas que el mismo testador designa y en la proporción dispuesta.
Para obtener dichos beneficios se debe asistir a dos entrevistas en la notaría: la primera es para saber con qué bienes cuenta el interesado y entender bajo qué términos desea se estipule su testamento y la segunda es para firmar el documento.
“Al hacer un testamento evitamos gastos mayores, pérdida de tiempo y problemas en las familias. Si existe un testamento no hay necesidad de pasar por un juicio sucesorio intestamentario, que es caro, tedioso y largo”, apuntó Sonia Cabrera.