Explicó que 90 por ciento de los abusos contra menores los comenten las personas cercanas a ellos, como son los familiares, o amigos cercanos a la familia.
Detalló que de mil casos que se cometen, únicamente 100 se denuncian, 10 van a juicio y de esos últimos, una cantidad mucho menor concluye con el responsable en prisión.
Reconoció que existe la falsa creencia de que a los agresores fácilmente se les puede detectar, pero no es así porque son personas que se hacen querer, que se ganan el cariño de quienes están cerca del menor, y del menor mismo.
Primero, tratan de convencer al menor, de que existe amistad, luego les ofrece cosas que le gustan, sobre todo si le son prohibidas por los padres o tutores, esto último para tratar de conseguir pactos de silencio, que le permitan posteriormente engañar.
Refirió que el agresor tratar de hacer parecer el abuso como algún tipo de juego y, cuando la víctima se da cuenta que algo está mal, o se niega a seguir participando, la amenaza con matar a algún familiar.
“Hasta el 90 por ciento de los abusos contra menores los comenten las personas cercanas a ellos, como son los familiares, o amigos de la familia”.
Guzmán Castañeda estimó que de cada 10 mujeres adultas, dos fueron víctimas en la infancia y de cada 10 hombres adultos, uno fue sido víctima.
“Las violaciones de niños hombres son más violentas, toda vez que quien comete la agresión trata así de negar o refrendar su homosexualidad”.
La especialista reconoció que de acuerdo con la consulta infantil y juvenil que se aplicó en Querétaro en 2012 se estableció que el 15.7 por ciento de los niños consultados dijo que en la casa les llegaron a tocar sus cuerpos; 20 por ciento de los abusos los cometieron personas conocidas y 11.7 por ciento lo hizo en la escuela.
“Se estima que 82 por ciento de los agresores han sido víctimas de abuso sexual, pero yo estimo que 100 por ciento de los agresores sufrió algún tipo de abuso en su vida”.