Como todo, a unas personas les cuesta más trabajo llegar hasta donde están, pero la clave del éxito es no dejar de intentar y superar los miedos, innovar y estar en constante preparación, aseguran las mujeres empresarias de Querétaro al conmemorar el Día Internacional de Mujeres Empresarias.
Beatriz Hernández Rojas, Presidenta de la Asociación de Mipymes Insdustriales de Querétaro.
Tal es el caso Beatriz Hernández Rojas, presidenta de la Asociación de Mipymes Insdustriales de Querétaro (Amiqro), quien actualmente es vicepresidenta de la empresa familiar Inivación y Termoformados SA de CV.
Sin embargo, para llegar a dónde está tuvo que recorrer un largo camino y hoy tiene un historial de actividad profesional y experiencia de más de 30 años.
Beatriz forma parte de la primera generación de la Universidad Autónoma de México (UNAM) en licenciatura en Enseñanza de Inglés y a los 23 años inició su empresa de servicios profesionales para capacitar a personal de grandes corporativos.
Posteriormente ofreció el servicio de traducción simultánea y traducción de textos con los que obtuvo buenos momentos, sin embargo, con la crisis de 1994 todos los presupuestos de capacitación se recortaron y la obligó a regresar a emplearse como profesora investigadora de la Universidad Autónoma Metropolitana y de la UNAM.
Durante su paso por la academia, la vida le permitió criar a sus dos hijos, quienes ahora son unos profesionistas, tiempo después regresó con una empresa de comercialización de productos para oficina.
Sin embargo, en 2006 llegó a vivir a Querétaro a donde su esposo trajo la industria que tenía en la Ciudad de México y la nombró subdirectora, por lo que decidió hacer la maestría en administración en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) con especialidad en alta dirección. Ahora asegura que no habría tomado mayores responsabilidades sino se hubiera preparado.
“Mi reflexión es que si quieres seguir y hacer de tu empresa un tema transcendente necesitas continuar tu educación, no solamente universitaria o un posgrado sino tiene que ser una capacitación constante”.
Afortunadamente, asegura Beatriz, hoy en día el estado ofrece muchas alternativas, al igual que las cámaras y asociaciones empresariales que se dedican a profesionalizar a las empresarias pues la situación del día a día no te permite estancarte.
“Las empresas, la industria y los servicios son dinámicos y cambiaron a lo que eran hace 10 años porque en la vertiginosa evolución tecnológica se requiere utilizar herramientas que hace 10 años ni siquiera imaginábamos que existían”.
Los mercados, dice Hernández Rojas, no son como se conocían (cerrados) y esos movimientos comerciales y logísticos no son como antes, ahora en el caso del comercio y el servicio, el tema está en línea y hay muchas otras cosas, que se pueden vender en Internet y si no se está preparado para quienes sí lo están en estas tendencias se pierde el mercado y hasta puede desaparecer el negocio.
“La reflexión es capacitación y educación continua que tiene que nacer desde la convicción del empresario pues si quiere estar en el mundo dinámico debes estar conectado con el conocimiento, las tendencias tecnológicas, los cambios en el mercado y pensar en el mundo no de manera lineal sino como una gran red”.
La empresaria de 52 años aseguró que en su paso por la vida empresarial se ha topado con obstáculos de todo tipo, como la falta de capital financiero, problema que no llegó a ser el más importante porque cuando se tiene voluntad de construir algo y hacer crecer el negocio, se tiene la actitud de salir adelante y ver cómo te ayudas.
Beatriz compartió que hace una semana acudió a una conferencia donde le decían que ellos como empresarios tienen que ayudar a que el emprendedor y el empresario se autoayude porque no le pueden dar la solución empaquetada de lo que tiene que hacer para que su negocio detone, sobreviva o tenga más mercado.
“Lo que puedo hacer es compartir conocimiento, experiencia, acercar las herramientas para que los emprendedores hagan lo que tienen que hacer y este es el mayor aprendizaje porque como empresarios no podemos sólo estirar la mano”.
Es decir, si un emprendedor cree que alguien más va a venir a detonar su negocio, está partiendo de algo equivocado, pues debe estar consciente de que tiene que allegarse de todas las condiciones, herramientas, experiencias y conocimiento que sólo encontrará en las organizaciones las cuales lo pueden ayudar, pero el trabajo básico lo debe hacer él mismo.
La perseverancia, afirmó Beatriz, lleva a obtener logros y éxito que se traducen cuando un negocio tiene ventas y se superan de manera continua y fructífera.
“Un logro es cuando cuelgas el teléfono porque acabas de cerrar una compra y brincas de la emoción porque lograste esa venta y a la mejor te da un indicador mayor mensual y este se traduce en un logro que debe ser diario para que generes una inercia de las cosas”.
Un logro que ella puede presumir y que no buscó es la satisfacción de liderar a empresarios y emprendedores pues actualmente hay 54 colaboradores que dependen de ella aquí en Querétaro, mientras que en la Ciudad de México tiene otros 250 colaboradores.
La mayoría de las organizaciones, afirma la emprendedora, lo que hacen es ayudar a otro a que se ayude así mismo, para acercarles el ecosistema de conocimiento, herramientas y conexiones interpersonales para que ellos hagan su trabajo, es decir, acompañan a los empresarios a abrirse camino.
A Beatriz le preocupa cuando encuentra a una persona, de cualquier edad, que tiene un espíritu derrotista y que se siente víctima del sistema, de las condiciones del clima o de que la miraron feo porque eso no justifica su falta de energía, de compromiso y de aspiraciones.
“En la vida todos hemos tenido momentos difíciles, hemos carecido de algo o de alguien pero ahí encontramos fortaleza por eso me desespera cuando la gente, sobre todo la mayor edad, tiene este discurso, esto me preocupa y me pone de malas”.
En los millennials hay cosas maravillosas que le encantan a Hernández Rojas como el hecho de que sean ellos los que le restrieguen en la cara que su generación no hizo el trabajo ambiental, que no tuvieron la conciencia y que destruyeron mucho y que ellos sean quienes traigan esta conciencia y este compromiso con el medio ambiente.
Sin embargo, le preocupa que este sector de la población no tenga en la fórmula del éxito la palabra esfuerzo pues sin este ingrediente cualquier aparente logro es temporal.
“Entiendo que las tendencias de actitud y sociales se mueven de manera pendular, es decir, hubo momentos en el que los padres casi no estaban porque trabajaban muchas horas y hay un reclamo porque los hijos no conocieron y no convivieron con ellos y los padres se sintieron culpables porque no los vieron crecer porque estaba 20 de las 24 horas del día en la oficina”.
Pero de repente, dice, este péndulo se mueve y ahora los chicos dicen en las entrevistas laborales que quieren salir a las 3 de la tarde porque tienen una vida, pero además llama la atención la expresión porque en su ecuación de vida no existe el elemento denominado trabajo.
“El trabajo lo piden porque lo necesitan, pero quieren una vida, quieren viajar y quieren tiempo para ir al gym, pero en mi generación debías trabajar fuerte para poder viajar, pagar servicios, ir al club o al gimnasio, ir al cine o salir de vacaciones, pero a partir de que produjeras en el trabajo y no al revés como ahora se pretende”.
Hernández Rojas, quien se define como una mujer apasionada con lo que hace, aseguró que el miedo es una reacción ante lo desconocido, ante el peligro porque no existe una experiencia de cómo enfrentarlo.
Ella reconoce que le tienen miedo al rechazo, a hacer el ridículo, a perder su capital y al qué dirán pero cree que cada quien tienen una categoría de valores y que deben tomar sus decisiones. “Hoy como nación no nos podemos paralizar ante los temores y preocupaciones que tenemos”.
AHORA CACARAQUEA SUS LOGROS
Yola, la hija mayor de Juan Tapia Tovar y María Dolores Aguilar se consideraba una persona insegura y de baja autoestima. Sin embargo la disciplina y práctica del deporte (volibol, tenis y yoga) la ayudó a forjar lo que es hoy como persona dentro de la empresa, pues ha logrado romper paradigmas y ha aprendido a ser líder.
Desde hace 36 años, Yolanda Tapia Rodríguez, está al frente de la empresa El Rey del Dulce que surgió hace 56 años y que hoy se consolida como una de las mejores en Querétaro, pues tienen 13 franquicias en el estado.
Yolanda Tapia Rodríguez, Directora de la empresa El Rey del Dulce.
Además, Tapia Rodríguez está innovando en un despacho de propiedad intelectual y una red de negocios denominada Negocio y Éxito. “Generamos estrategias, capacitamos a los clientes y a todos los que se acercan a nosotros”.
La empresaria recordó que desde que tenía 6 años estaba atrás de un mostrador y aunque no tuvo una formación profesional se sigue preparado a través de diversos cursos, pues para ella es importante estar bien como persona.
Una de las cosas que le causa mucho conflicto es traicionar sus valores por ello procura ser congruente entre lo que dice y lo que hace, por eso educó a sus hijos, ahí en el negocio como a ella la educaron sus padres.
“Yo formé a mis dos hijos en el comercio, los formé para ser líderes, pero sobre todo para que sean responsables y trasciendan en la empresa donde adquirieron una responsabilidad social que se genera a través de la familia”.
Para la mujer que disfruta mucho la lectura y la música, nunca fue una limitante no tener una profesión, sino todo un reto porque tiene una ambición de conocimiento impresionante.
“He tenido que aprender a ser inteligente emocionalmente porque soy muy apasionada e impulsiva y mientras no seamos responsables de cómo somos individualmente, no avanzamos porque el trabajo en equipo requiere humildad”.
La empresaria de 65 años afirma que la mujer se empodera por sí misma y cuando ella decide hacerlo, porque no necesita de las instituciones ni de nadie para hacerlo, pues ésta se empodera desde su esencia y basta con que se lo crea porque en ocasiones no confían en ellas mismas, pero cuando lo hacen se vuelven libres y líderes.
El principal obstáculo de Yola, como le dicen de cariño, es ella misma porque cuando no sabe cómo hacer las cosas se estresa, pero además reconoce que hay una cultura en México con la que no está de acuerdo porque asegura que los mexicanos son buenos trabajadores, pero necesitan formar valores.
“En una cultura empresarial todos trabajamos para todos y vamos hacia un mismo objetivo y una meta y uno tiene que entender la visión del colaborador y mejorar esa forma de ser para ser parte de ellos y de un equipo”.
Uno de sus mayores retos es la rentabilidad, pues como Pyme aportan mucho al país, pero necesitan ser rentables, eficientes en su administración, buenos líderes, trabajar en equipo y de forma empática con los colaboradores para que se desarrollen personalmente.
“Cuando inició la tecnología mi empresa fue una de las primeras en tener tecnología, pero además cuando el comercio se cerraba jueves y sábado nosotros abrimos los 365 días al año con horarios corridos y creamos la cultura de limpias en la calle.
Otros de sus logros fue la innovación en el proceso comercial porque antes el concepto de dulcería era de bodegas y distribución a clientes, pero ahora ella abrió el concepto de autoservicio aun cuando sus proveedores le dijeron que esto no iba a funcionar.
“Estoy aprendiendo a cacaraquear lo que he logrado en la empresa, pues con las 38 franquicias hemos formado emprendedores, líderes sobre todo hemos generado empleos pues 85 personas dependen mi”.
Yola, quien se autodefine como una persona de carácter fuerte, que le gusta trascender y ser líder, asegura que el fracaso debe abordarse atacando el miedo y entendiendo que el ser perseverante en el hacer es lo que te hace llegar al éxito.
“Para mí el éxito es que la empresa tenga liquides y rentabilidad, que el equipo sea el más fregón de todo el estado, que mis franquiciatarios estén ganado dinero, que yo sea feliz, que mi familia sea feliz y que las personas que me rodean sean felices”.
Para ella, el miedo representa un reto, porque la hace fuerte y la hace llegar a donde ella quiere y esta es la parte más satisfactoria pues es señal de que está avanzando.
Para Yolanda la disciplina, honestidad, integridad y congruencia son los valores que la rigen como persona y reconoce que como todo ser humano se equivoca, pero nunca con la intención de dañar a los demás.
“Mi satisfacción es ver cómo las personas cambian a mi lado y cómo se van transformando cuando les comparto mi conocimiento”.
A la emprendedora la molesta que una persona sea voluble, que no sea auténtica ni congruente, pero sobre todo le enoja cuando vive o ve violencia hacia la mujer.
“Algo que he aprendido desde que estoy en mujeres empresarias es a abrir mi corazón y mi pensamiento y eso le debo a la sociedad, por eso me gusta dar y transmitir y aprendo a recibir y estoy contenta de darme esa oportunidad”.
LA VIDA NO ES LINEAL, TIENE SUS ALTIBAJOS
Judith Aguilar Acosta es Embajadora de Women's Entrepreneurship (WEB) Day 2018 Capítulo Querétaro y a sus 27 años es líder de tres empresas.
En una de sus empresas trabaja el tema de propiedad intelectual donde aborda la parte de derechos de autor y además trabaja con productoras como Netflix, Claro Video.
Judith Aguilar Acosta, Embajadora de Women's Entrepreneurship Day 2018 Capítulo Querétaro.
Por una parte se hacen cargo de los guiones y el contrato de los actores y por otra parte ve el registro de marcas y la potencialización de las empresas a través de la propiedad intelectual.
Tiene otra empresa de desarrollo de software de aplicaciones móviles y es capacitadora y conferencista donde aborda los temas de innovación, tecnología y comercialización.
La idea de ser empresaria surgió de la necesidad de tener algo propio, pero además siempre fue una persona muy inquieta lo cual la llevó a estar en diversos proyectos, pero además, cuando era estudiante tuvo la oportunidad de estar en una organización internacional que le dio habilidades y herramientas que le permitieron abrir más fácil su negocio.
“El proceso para emprender fue sencillo porque además de la experiencia que adquirí tuve la oportunidad de entrar a CDN Mujeres de Empresa y a través de la inspiración de las otras empresarias me desarrollé porque todas las integrantes tienen dos o tres negocios”.
Para Judith, quien cursó la licenciatura de Negocios y Comercio Internacional, el tema de la capacitación siempre ha sido un obstáculo a vencer pues es esencial cuando vas emprendiendo y sólo tienes los conocimientos clave porque casi todo es a prueba y error.
“Es así cómo vas conociendo el negocio, el chiste es encontrar las capacitaciones y apoyos financieros correctos y los grupos de empresarios adecuados para vencer la burocracia en los procesos de papeleo”.
Para la joven, a quien sus hermanos hombres le llevan 10 y 14 años, su logro hasta el momento es trabajar con empresas grandes de propiedad intelectual como las productoras Netflix y Claro Video.
“Actualmente estamos trabajando una serie que se está filmando en Miami y otra que se filma en Inglaterra. Me llena mucho este tipo de proyectos porque se trabaja desde el arte”.
Aguilar Acosta aconsejó a las empresarias que apenas empiezan un negocio a no rendirse pues la vida no es lineal, sino que tiene sus altibajos. “Habrá días donde les irá bien y habrá otros donde pase una situación que no se tenía prevista”.
“Debes tener la capacidad de levantarte constantemente, pero sobre todo debes ser acertivo y preguntar cuándo existan dudas porque con la experiencia de las demás puedes tener opciones para resolver los problemas”.
Pidió a quienes estén emprendiendo a que hagan o integren grupos de poder y busquen mentores empresariales para que les ayuden, para que les pregunten de temas que no conozcan y los puedan apoyar.
Al menos 25 personas dependen de la empresaria a quien le molesta sentir que una parte de la sociedad está dormida y que no se ha dado cuenta que todos tienen capacidades que no alcanzan a percibir. “Hay quienes tienen habilidades muy buenas que puedan aportar a los demás y no las aprovecha”.
Para la joven, el miedo la ayuda a aprender que esta sólo es una limitante mental que cuando logra entenderla e queda más que superada.