México, 19 Dic 2024.- Dos soldados murieron por la explosión de una mina antipersonas en el estado mexicano de Michoacán (oeste), un día después de que otros dos militares fallecieron por la misma causa en esa región, informaron este miércoles fuentes oficiales.
El incidente ocurrió la noche del martes en una zona montañosa del municipio de Buenavista, limítrofe con el estado de Jalisco (oeste), donde violentos cárteles se disputan territorios.
La explosión se produjo cuando los militares realizaban labores operativas en las inmediaciones del pueblo de Paredes de Ahogado, según datos preliminares de la fiscalía de Michoacán.
De acuerdo con el diario El Universal, el estallido ocurrió cuando los soldados intentaban desactivar el artefacto.
Se presume que en dicha área existen más explosivos de las mismas características y que los soldados revisan la zona para extraerlos, señaló una fuente del Ejército, que no precisó qué grupo criminal sería responsable de su colocación.
Apenas el lunes, dos soldados murieron y otros cinco resultaron heridos debido a la explosión de minas en el municipio de Cotija, al norte de Buenavista e igualmente limítrofe con Jalisco.
En este caso, la secretaria de Defensa mexicana (Sedena) presume que los explosivos fueron sembradas por el grupo criminal Cárteles Unidos que opera en Michoacán y las emplea en su disputa con el Cártel Jalisco Nueva Generación, uno de los más poderosos del país.
El titular de la Sedena, general Ricardo Trevilla, informó el martes que estos explosivos son elaborados "de una manera muy rústica" y no tienen el poder de las minas antipersonas industriales que emplean fuerzas militares de otros países.
Antes de la muerte de estos cuatro soldados, seis efectivos del ejército mexicano habían fallecido entre 2018 y 2024 a causa de estos dispositivos, según Trevilla.
Otros ataques con explosivos perpetrados recientemente contra fuerzas de seguridad mexicanas elevaron la preocupación por un agravamiento de la violencia del narcotráfico.
En octubre pasado, un coche bomba explotó afuera de una base policial en el estado de Guanajuato (centro), hiriendo a tres agentes.
Atentados de esta índole llevaron a que la oposición mexicana y el próximo presidente estadounidense, Donald Trump, plantearan designar a los cárteles como organizaciones terroristas, una propuesta que el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum rechaza tajantemente por considerar que abriría la puerta a una intervención extranjera.