Oaxaca, México, diciembre (SEMlac).- María Elena Ríos Ortiz volvió a poner en tela de juicio el actuar de las autoridades con respecto a los victimarios, uno de sus agresores fue internado "por su propio pie y en compañía de su médico tratante" por un supuesto padecimiento de hemorroides y depresión en un hospital privado ubicado en el centro histórico de Oaxaca, desde el pasado 2 de diciembre. El resultado, una agresión donde la víctima se convirtió en victimaria.
Ríos Ortiz, víctima directa de una tentativa de feminicidio al ser atacada con ácido en septiembre de 2019, fue informada de manera extraoficial de que Juan Antonio Vera Carrizal se encontraba internado en el hospital privado hasta este jueves 19 de diciembre alrededor de las ocho de la mañana.
Sin embargo, como víctima directa se le violaron sus derechos humanos: a ser informada por el juez de Enjuiciamiento, tal y como lo establece la Ley General de Víctimas en el artículo 7, ante un riesgo cautelar, lo que oficialmente no sucedió hasta ese día.
Alrededor de las cinco de la tarde del mismo jueves, Ríos Ortiz y una hermana se presentaron en el hospital privado "Reforma", ubicado en la calle del mismo nombre, a solo una cuadra del Jardín Etnobotánico del ex convento de Santo Domingo de Guzmán, notaron que en el lugar no había elementos de seguridad pública, como normalmente sucede cuando una persona es excarcelada para recibir atención médica, ni patrullas ni policías, dentro o fuera del nosocomio.
María Elena tomó el megáfono con el que iba preparada, gritó el nombre de Vera Carrizal y refirió que ya sabía que estaba internado, cuando llegó la prensa, advirtió de la posibilidad de fuga del empresario gasolinero, de ello dieron cuenta de forma inmediata los informativos digitales, cuentas de Facebook, Instagram y X, entre otros.
La reacción de una empleada de la recepción fue de enojo por lo que molesta sostuvo:
-Por eso te pasa lo que te pasa.
Un hombre, presuntamente trabajador del lugar, también le grita:
-Para que tanto show, si te dieron la diputación (en referencia a su cargo de elección popular como suplente en el Congreso Federal).
Estas dos manifestaciones, señalan las hermanas Ríos Ortiz, son algunas de las agresiones verbales que enfrentó María Elena en esos primeros momentos.
Finalmente, la directora del hospital le informa que Juan Antonio Vera Carrizal está internado desde hace varios días:
El gobierno del Estado no ingresó a nadie, explicó con tranquilidad quien se identificó como directora del hospital, Sylvia Socorro Méndez García ante la pregunta hecha por María Elena Ríos Ortiz y añadió: "lo trajo su médico tratante".
Cuando Ríos Ortiz se percata de que hay una mayor presencia de personas afines a su agresor internado por enfermedad en ese hospital, activa su botón de pánico, un instrumento que le fue otorgado por el Mecanismo Federal de protección a personas defensoras y periodistas, pero no hay respuesta.
Sin embargo, tras la improvisada conferencia de prensa llegan los elementos de seguridad, pero no para brindarle protección a la víctima directa del ataque de ácido, sino para proteger al acusado de haber actuado en aquel lamentable hecho que le cambió la vida a la joven saxofonista Ríos Ortiz, mientras trabajaba en un negocio de su propiedad en Huajuapan de León, en la Mixteca oaxaqueña, en septiembre de 2019.
Frustración, enojo e impotencia
La frustración, enojo e impotencia acompañaban en ese momento a María Elena Ríos Ortiz, quien en la demanda de justicia se ha caracterizado por denunciar con mucha fuerza, vía sus redes sociales, sus tropiezos y los diversos obstáculos que, desde el sistema de justicia y el poder, se han interpuesto para alcanzar algo de justicia. "Son ya más de cinco años con el megáfono en la mano", refiere su hermana a SEM México.
No era para menos, entre sus denuncias destaca el hecho de la protección al exdiputado priista por parte del exgobernador entonces de ese partido, Alejandro Murat Hinojosa, y actual senador de Morena. Al asumir la gubernatura, Salomón Jara Cruz tampoco le da respuesta a su "compañera de partido", por el contrario, la propia María Elena denunciaría que, cuando era candidato a la gubernatura, aceptó apoyos de parte de la familia de Vera Carrizal, lo que llevó a la ruptura entre ambos; también ha denunciado la inacción de la presidenta del Tribunal Superior de Justicia del Estado, Berenice Ramírez Jiménez, y un sinfín de integrantes del funcionariado.
Esa "estridencia" de la saxofonista de la región mixteca ha hecho posible que algunos desatinos del sistema de justicia se vengan abajo, como sucedió en agosto de 2024, cuando echaron marcha atrás a la liberación de Vera en solo unas horas.
María Elena ha sido un fenómeno mediático, tiene amores y desencuentros; amistades y enemistades. Acusa a medios de estar pagados para desinformar y ha mostrado datos concretos, como sucedió cuando, desde el hospital, fueron filtrados los videos de la lamentable gresca que protagonizaron ella y su hermana al enfrentarse a golpes con una joven de nombre Andrea Monserrat Ramos Gómez, mientras sus dos escoltas del Mecanismo Federal de protección a personas defensoras y periodistas trataban de separar a las mujeres y proteger a María Elena.
Por supuesto, al menos de forma visible, la peor parte de la lleva Andrea Monserrat, pareja de uno de los abogados de Juan Antonio Vera.
Así que, en cosa de horas, dos versiones caminaban en las redes sociales, pero una tuvo menos peso que otra: la denuncia de María Elena sobre la excarcelación del penal varonil de Tanivet pasó a segundo término. La otra versión fue la "deshonrosa pelea" que terminó con una nueva víctima.
Y como si se tratara de una telenovela mexicana-colombiana o de algún país asiático, pronto se vertieron cientos o miles de opiniones, más en contra que a favor de Ríos Ortiz. Una de las principales razones es el "inusual comportamiento de una víctima, que grita, vocifera y denuncia en redes sociales", generando odio y controversias porque su estereotipo no corresponde al de una mujer y menos al de una víctima.
Incluso, muchas personas parecen no perdonar su posición de diputada suplente del partido en el poder y se le cuestiona por su denuncia en contra de un actor de cierto renombre, a nadie le gusta que se hable de sexo y menos que lo haga una mujer.
Antes del lamentable enfrentamiento, las versiones oficiales sobre las razones por las cuales Juan Antonio Vera no estaba en el penal varonil de Tanivet, tuvieron respuesta, pero dirigidas a la prensa, donde el gobierno responde y justifica:
"… La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) informa que realizó la excarcelación médica de Juan Antonio "NN" derivado de complicaciones médicas desarrolladas al interior del Centro Penitenciario de Tanivet Varonil.
"El subsecretario de Prevención y Reinserción Social de la SSPC, Roberto Claudio Castillo Ramírez señaló que la excarcelación se realiza cuando el Sistema Penitenciario no cuenta con la especialidad médica para atender a una Persona Privada de la Libertad al interior del centro, por lo que es trasladado a un hospital civil o particular".
"…cuenta con la guardia y custodia de la Policía Estatal".
"En cuanto se tenga una alta médica que justifique que la persona puede salir del hospital, volverá a internarse al Centro Penitenciario", dice el comunicado del gobierno estatal emitido cuando se exhibió la acción no informada a la víctima directa".
Gresca justificable
Alrededor de las 20 horas, mientras María Elena y su hermana permanecen haciendo una especie de guardia en el hospital, llega la joven identificada como Andrea Monserrat Ramos Gómez, pareja sentimental de uno de los abogados de Vera Carrizal, de nombre Edgar López García.
Ramos Gómez es una persona conocida por las hermanas Ríos Ortiz. Al verla llegar, María Elena, con celular y grabando un video, la cuestiona por las muchas veces que ha sido hostigada y acosada por ella, incluso, soportado sus burlas, dijo más tarde en entrevista y muestra un video donde Monserrat está en el juzgado burlándose para comprobar sus dichos.
Frente al cuestionamiento de Ríos Ortiz, Monserrat arremete con un golpe en la cara, como se puede observar en un video grabado por la propia saxofonista. Lo que sigue, cuenta Silvia Ríos Ortiz, es una trifulca en la que María Elena cae al piso, video que fue grabado por el sistema de la empresa hospitalaria, pero solo filtraron la parte donde ellas responden a la agresión, primero Silvia y luego María Elena.
Después viene la reacción de los escoltas de la defensora, quienes también intervienen tratando de proteger a María Elena, cuya seguridad es su responsabilidad, acto que en redes sociales es interpretado como los elementos fueran también agresores. La "bola" de manos y cabellos en que se convierten dos de las mujeres, seguidas de María Elena, son llevados por la inercia hacia afuera del hospital y Monserrat es despojada de su prenda íntima por parte de la saxofonista en un momento de ofuscación.
En el lugar, es de suponerse, había elementos de seguridad pública, al menos ahí estaban cuando María Elena habló con la prensa, pero no intervienen, como tampoco lo hacen algunas personas quienes solo se convierten en espectadoras, entre ellas el personal de la empresa y familiares de las personas hospitalizadas. Al salir las mujeres, un hombre del hospital cierra las puertas del lugar. Afuera siguen los jaloneos y los insultos, todo grabado por la empresa hospitalaria.
Por este hecho, Andrea Monserrat Ramos Gómez levantó una denuncia en la fiscalía especializada para la Atención de Delitos contra la Mujer por razón de Género, y a través de la Alianza de Pueblos por la Justicia Social, emitieron un comunicado en el que sostienen que la joven se encontraba en el hospital "para recoger unos documentos de trabajo de su pareja…Cuando ella llegó a la entrada del hospital, la señora María Elena Ríos estaba en el lugar y comenzó a agredirla inmediatamente por ser pareja del abogado Edgar López, a quien ha tratado de desacreditar la señora María Elena en reiteradas ocasiones, en los medios de información", dice el documento.
También destaca el papel de Edgar López García, abogado de la Alianza de Pueblos, "comprometido desde su despacho con nuestras víctimas de feminicidios consumados, víctimas de violencia sexual, violaciones a los derechos humanos y presos políticos".
Después exigen que los elementos de seguridad federal sean cesados y se proceda conforme a la ley, que se castigue a los elementos de la policía estatal y de la fiscalía local por omisión y abuso de autoridad y que se proceda contra las hermanas Ríos Ortiz por los delitos de tentativa de feminicidio y abuso sexual.
Los gritos ahogados
Los gritos ahogados y sin escucha dirigidos horas antes por María Elena Ríos Ortiz a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, además de la omisa actuación y la falta de respuesta de las personas responsables de la política pública en Oaxaca, así como el privilegio de la impunidad para unos cuantos, son el fondo de un caldo de cultivo que terminó en una respuesta inadecuada y grotesca, donde Juan Antonio Vera Carrizal y su hijo, del mismo nombre, aún prófugo de la justicia, brillan por su ausencia y seguramente riendo a carcajadas.