“No se establecen puntualmente los alcances de la gratuidad y de la universalidad, se dicen los qué, pero no se dicen los cómo, y en todo el texto no se especifica con claridad que habrá asignación de recursos para las universidades públicas dada la gratuidad”, dijo a Notimex.
En entrevista, recordó que entre los cambios principales de las nuevas disposiciones, el artículo 3 establece que el Estado procurará desde la educación inicial hasta la superior, donde se integran la obligatoriedad, la gratuidad y la universalidad; sin embargo, advirtió, los dos últimos conceptos quedan ambiguos.
En cuanto al punto de que la educación superior sea universal, argumentó que la capacidad para recibir estudiantes se encuentra limitada, porque para ello se requiere de infraestructura y aumentar la planta de docentes, “y todo eso es presupuesto, tiene que planearse, no se puede lograr de un día para otro.
Podemos afectar fuertemente la capacidad de las universidades para atender a los estudiantes, sobresaturar ciertas carreras, labores y, desde luego, mermar la calidad educativa, porque no tenemos la capacidad de atención para una gran cantidad de estudiantes, agregó.
En esta universidad, precisó, quedan fuera 70 por ciento de los aspirantes, no obstante el incremento anual de tres por ciento en la matrícula; lo ideal en términos generales es cinco por ciento y en función de eso hay que ir creciendo, no podemos de repente decir “ahora todos entran”.
“Se habla en el texto, por ejemplo, de que el Estado proveerá de los medios necesarios para que se lleve a cabo la gratuidad; sin embargo, estos medios son becas, es la política que se ha instrumentado, lo cual nosotros lo vemos muy bien y también vemos bien la gratuidad, pero creo que sería indispensable que se aclaren los alcances”.
De ahí que, para la doctora García Gasca se mantenga la incertidumbre en las universidades, pues por lo menos en la UAQ se cuenta con ingresos propios que obtiene a través de los servicios académico-administrativos, donde se incluyen todos los pagos por matrícula y servicios diversos.
“Estos recursos propios son muy importantes, porque por lo menos nos sirven para completar el año y terminar sin endeudarnos”, y en la nueva reforma “no se establece para quiénes o hasta qué punto llegará la gratuidad o la gradualidad en la que se aplicará”.
Por otro lado, alertó de la "explosión" de las universidades en México, que ha generado la creación de muchas que no tienen calidad, pues no generan investigación ni conocimiento. “Realmente no se pueden llamar universidades, serían escuelas universitarias”, acotó.
La rectora de la Universidad de Querétaro destacó además que las instituciones de educación superior deberán reforzar su compromiso con la transparencia y rendición de cuentas, así como con el mejor uso de recursos.
“Aunque seamos autónomas eso no nos exime de observar la ley y rendir cuentas a la sociedad como debe de ser, creo que ese es un compromiso que tenemos que asumir al ciento por ciento, pero contando con un presupuesto suficiente”.
Incluso, consideró necesario contar con un proyecto al largo plazo y sostenido que dé respuesta a las presentes interrogantes, “pero no de golpe, no de un día para otro, sino de forma distendida”.