México, DF.- 19 Mar 14.- Una de cada dos mujeres con discapacidad sufre violencia, pero esta problemática es invisibilizada por las familias, instituciones y el gobierno, dijo la Agrupación Juvenil Xonaca en su “Diagnóstico sobre la violencia contra las mujeres con discapacidad en el estado de Puebla”.
La organización investigó, analizó y sistematizó información sobre tipos de agresores, y tipos y niveles de violencia que sufren las mujeres con alguna discapacidad.
Entre los principales hallazgos se identificó que la mitad de mujeres con discapacidad en la entidad sufrieron algún tipo de violencia en 2013.
De acuerdo con el estudio, más de la mitad de las mujeres sufrió agresiones físicas; una cuarta parte violencia sexual; al 11 por ciento se le negaron “ayudas funcionales”, y a otro 22 por ciento se le negó algún cuidado.
Según datos del informe, los principales agresores son los familiares en el 45 por ciento de los casos, y la pareja en 22 por ciento.
La organización reportó que las mayores vulnerabilidades al momento de la agresión son la indefensión física, dificultades de comunicación, baja autoestima, dependencia física y/o económica, y entornos violentos.
Areli Rojas León, coordinadora del proyecto, señaló durante la presentación del informe que la discapacidad y el género configuran condiciones que incrementan la vulnerabilidad ante la violencia.
Por ello las mujeres en esta situación presentan niveles inferiores de desarrollo humano en comparación con la población sin discapacidad, y en relación con la población masculina discapacitada.
En el diagnóstico se sugiere armonizar la legislación local sobre discriminación con lo dispuesto en instrumentos internacionales, e incorporar indicadores y criterios al respecto en los programas y servicios médicos que atienden la violencia contra las mujeres.
La organización también recomienda adoptar medidas legislativas, administrativas y sociales para prevenir dentro de los hogares la violencia contra las mujeres con discapacidad, además de asignarles formas adecuadas de asistencia y apoyo.
Igualmente se debe asegurar que los casos de explotación, violencia y abuso contra personas discapacitadas sean detectados, investigados y juzgados.
Debido a las características de la población observada, el estudio sólo consideró a mujeres débiles visuales, con discapacidad auditiva y discapacidad mental.