Chile de árbol, orgullo de los yahualicenses en Jalisco

21 de Noviembre de 2016
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Yahualica, Jal., 21 Nov (Notimex).- Con un color rojo escarlata y un sabor muy picante, el chile de árbol se ha convertido en el condimento perfecto para muchos de los platillos mexicanos y constituye el estandarte que orgullosamente les da identidad a los habitantes de Yahualica, Jalisco.

A decir de los productores, el chile de árbol de Yahualica es el mejor del mundo por su sabor y su picor, lo cual es posible gracias al suelo de esta región de los Altos Sur, al clima y a las técnicas artesanales que siguen practicando los chileros de la zona.

La economía de unas 300 familias de este bello municipio depende de la producción del chile de árbol; pero, además, existen más de una decena de industrias que producen salsas picantes que se aprecian en las mesas de muchos mexicanos, así como chile molido para botanas, adobos, sazonadores, chile macho y mermeladas.

Al respecto, el alcalde Alejandro Macías Velasco destacó en entrevista con Notimex que están en la última etapa para lograr la Denominación de Origen del chile de árbol Yahualica, además de que se han dado a la tarea también de buscar recursos para realizar la Ruta del Chile.

Añadió que son 10 municipios los que producen el producto en poco más de 580 hectáreas de esta región, de las cuales 260 hectáreas están en Yahualica; es decir, casi la mitad de una producción de alrededor de mil 500 toneladas al año, la aportan los chileros yahualicenses.

La Denominación de Origen abarcaría los municipios de Yahualica de González Gallo, Mexticacán, Teocaltiche, Cañadas de Obregón, Jalostotitlán, Encarnación de Díaz, Villa Hidalgo, Cuquío e Ixtlahuacán del Río, en Jalisco, además de Nochistlán de Mejía y Apulco, de Zacatecas.

Por su parte, el productor Luis Antonio Plascencia González explicó a Notimex que la producción, pizca y secado del chile de árbol es totalmente artesanal, en la que participan familias enteras que ponen todo su entusiasmo para ofrecer un producto de calidad.

Indicó que son 10 meses de arduo trabajo entre la siembra y la cosecha. “El rendimiento por hectárea es de seis toneladas, pero una vez que se expone al sol para su secado apenas alcanza entre 1.6 y dos toneladas por hectárea”, puntualizó.

Manifestó que el picor del chile de árbol provoca en el comensal un malestar en la lengua y sudor en la frente, pero el cerebro responde de inmediato liberando endorfinas que neutralizan esa sensación, proporcionando al cuerpo una experiencia placentera.

Plascencia González añadió que la pizca de chile se realiza en tres etapas. En la primera etapa se corta el chile en la parte de debajo de la mata, en la segunda de la parte media y en la última de la fracción de arriba.

“Ahorita ya es la última pizca, ya la mata se empieza a secar porque ya dio su rendimiento, ya los chiles están más deshidratados por lo mismo que la mata ya no chupa agua”, dijo el también productor.

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