Paul O’Dette se alista para actuar en el Festival Cervantino

07 de Agosto de 2015
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El mejor laudista del mundo traerá su programa con la mejor producción de la Inglaterra Isabelina

México, 7 Ago (Notimex).- El músico, investigador y máxima autoridad mundial en la interpretación del laúd, Paul O’Dette (Columbus, Ohiu, 1954) se alista para participar en la próxima edición del Festival Internacional Cervantino (FIC) y transportar al público a un episodio brillante de la música antigua.

Al reflexionar sobre el futuro de dicho instrumento, el artista señaló que “es bueno porque ahora hay quienes lo tocan mejor que jamás en el pasado; malo, porque la educación musical se está abandonando en las escuelas de Estados Unidos y Europa por falta de presupuesto”.

El laudista actuará el próximo 11 de octubre en el XLIII Festival Internacional Cervantino (FIC), que este año se realizará del 7 al 25 de octubre próximo y congregará a más de tres mil artistas de 27 países, quienes traerán a este país cerca de 450 actividades en todas las disciplinas artísticas.

En una teleconferencia desde Nueva York, donde actualmente reside, Paul O’Dette compartió que en su hogar paterno siempre se abrevó arte, pues su madre fue una espléndida cantante de ópera y su padre un reconocido crítico musical.

“A pesar de haber iniciado mi preparación musical en mis años de juventud con una guitarra eléctrica con la que tocaba rock, pronto la dejé por una guitarra clásica. Asistí a conciertos y frecuenté sitios culturales donde conocí el laúd y su magia”, agregó.

O’Dette conoció el quehacer musical durante el Renacimiento italiano y decidió investigar sobre el tema más a fondo. Buscó literatura escrita especialmente para el laúd, lo referente a los autores de la época, partituras y todo cuanto le pudiera servir para alcanzar la excelencia, tanto en la interpretación como en la teoría e historia del instrumento; hoy, es la máxima autoridad mundial de ese instrumento y experto en los periodos renacentista y barroco.

Con ese bagaje y sapiencia, y con su instrumento a cuestas, O’Dette llegará al FIC para ofrecer un concierto extraordinario, confeccionado a partir de las más hermosas páginas escritas para laúd durante la época Isabelina de Inglaterra.

Esa es la mejor época que ha vivido el laúd, el instrumento solista para el que se escribieron poco más de seis mil obras entre el ocaso del Siglo XVI y la alborada del XCII, explicó más adelante este experto.

De acuerdo con el artista, actualmente existen en el mundo pocos laudistas profesionales, “algunos pocos cientos tal vez, pero nada más”, sin embargo, la mayoría de ellos tocan al menos uno o dos instrumentos de la época. El laúd, en su momento, subyugó a los artistas plásticos y pintores Leonardo Da Vinci y Miguel Ángel, lo mismo que al escritor William Shakespeare, quienes se inspiraron en su sonido para crear algunas de sus obras, acotó.

Desde su perspectiva, “como actualmente vivimos en un mundo ruidoso y violento, mucha gente piensa que la música debe ser también así, atronadora y furiosa, cuando en verdad debe ser todo lo contrario. La música debe ser un motivo de paz y tranquilidad, suave, gratificante, que proporcione todo lo bueno que no podemos encontrar en la calle. Por eso, también hay que asistir a los conciertos”.

Consecuentemente, él y su laúd transportarán al público del FIC a un episodio brillante de la música antigua. El domingo 11 de octubre, en el Templo de la Compañía, interpretará temas de autores anónimos como “Robin is to the greenwood gone”, “I cannot keep my wife at home”, y “Up tails all” y “John come kiss me now”, de Bachelar, Pavan y Galliard y entre otras piezas de repertorio.

A manera de contexto, se informó que durante el siglo XVI, grandes maestros del laúd, como John Dowland o Francesco Canova da Milano, transmitían sus conocimientos a sus pupilos desde que éstos eran pequeños. De esta manera, los secretos aseguraban su permanencia de generación en generación. Desafortunadamente, esto no sucede más, de ahí que laudistas contemporáneos, como Paul O’Dette, deban investigar por su cuenta.

La tarea es titánica, pero para el músico y musicólogo estadounidense es divertida, pues el laúd lo “entretiene”, mientras se desempeña como profesor de la Eastman School of Music.

Con más de 100 grabaciones en su haber, es un hombre que ante la imposibilidad de volver en el tiempo, abreva en todas las fuentes posibles (filosofía, poesía, pintura y arquitectura), porque todo le da pistas para reconstruir el sonido. En su primer viaje a México, mostrará ese sonido.

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