Descartó que las categorías y nominaciones se sustenten en las modas o cuestiones de marketing, por tanto, aseguró que al organismo y a los votantes, no les importa el tamaño del mercado que tenga el género.
“No le ponemos atención al tema de quién está más fuerte musicalmente, simplemente nos sentamos, invitamos a todos y vamos apostándole a las fórmulas, de acuerdo a lo que hayamos encontrado en el universo musical”.
En entrevista con Notimex, Abaroa responde así, al cuestionamiento de que si en la edición que se efectuará el próximo 15 de noviembre en Las Vegas, Nevada, habría preferencia por los cantantes y autores de los temas que han permeado el mercado musical.
En el inicio de la charla, el ejecutivo musical manifestó que en la próxima edición, las expectativas son semejantes a las existentes año con año, “esas son de las pocas que no varían, primero, en términos generales, será tener la oportunidad de llevar a cabo un evento con impacto mundial.
“En la selección, no solamente se juzga lo que es la música de Iberoamérica, sino que de alguna forma se juzga la habilidad de los que estamos alrededor de este evento para hacerlo lucir digno, para hacerlo lucir bien, para mantener un equilibrio, para tratar de enseñar un probadita, un poquito de todo eso”, explicó.
Gabriel Abaroa se remite al proceso como si fuera un restaurante, en donde el mesero pone en las manos del comensal en el menú de degustación.
“Pruebas un poquito de cada cosa y al final te quedas con una idea de todo lo que es la variedad que existe en el restaurante, entiéndase por 'restaurante', el mundo musical de Iberoamérica durante un año”.
Precisó que, al igual que en una degustación, a alguien le gusta más un platillo que el otro, “hay gente que dice: ‘a mí no me dejó satisfecho probar un poquito de cada cosa, porque me quedé con la sensación de que probé de todo y no comí nada”, dijo de manera hipotética.
Lo anterior, dijo, demuestra que hay música para todos los gustos y siempre habrá quien quede satisfecho, pero igual no. “Habrá gente que diga: “es lo mejor que me ha pasado en la vida”.
Para Abaroa, las expectativas que tiene, como cabeza de la Academia de la Grabación, es que la gente vaya al “restaurante”, pruebe el menú de degustación, le guste, participe, opine, y que se vaya con la idea de haber probado algo que no conocía, y que entonces, ese platillo tenga una oportunidad a futuro, porque algún comensal así lo descubrió.
Otra cuestión importante para la organización y realización del Grammy Latino, es la seguridad del evento, en el que jamás han tenido ningún contratiempo, porque es algo que cuidan al máximo.
“Si además de todo, nadie 'se te enfermó', nadie se salió sin dejar propina, porque el servicio fue malo, etcétera, etcétera, pues entonces tuvimos una noche redonda. Cuando hablo de que 'nadie se te enfermó', me refiero al aspecto seguridad, siempre es muy importante, le ponemos muchas ganas y mucho pensamiento.
“Puedo presumir que en 18 años, ahora por ser 19, de realizar un evento al que asisten 12 mil personas, nunca hemos tenido a alguien lastimado, nunca hemos tenido un problema de seguridad, y todo eso cuenta mucho, te habla mucho de la planeación y de la dedicación del equipo”.
Al insistirle, que de alguna manera, el género urbano podría tener mayor oportunidad por la exposición y la penetración en los canales de difusión y tener mayor presencia en las categorías, explicó que gracias a la experiencia adquirida durante las 18 ediciones, se ha logrado encontrar una fórmula que mantenga la equidad.
“Considero que nos hemos vuelto tan eficaces y buenos, en hacer que ese trecho no sufra, sino que dé oportunidades, que surjan nuevas fórmulas que se puedan probar, que somos muy puntuales.
Agregó que se puede pensar, que dadas las características del mercado musical actual, lo urbano y el regional mexicano, tan populares, tendrán preponderancia en los premios, pero no es así.
“Usando esa lógica deberíamos decir: ‘mira, a lo mejor, 40 por ciento debería ser urbano, 20 por ciento regional mexicano, pero esto no funciona así”, ejemplificó.
En descarga de esa apariencia, insistió que la realidad es otra, “La Academia funciona con base en la excelencia, no nos importa el tamaño del mercado”.
Para la ceremonia en sí, señaló que igualmente se trata de dar un gran equilibrio a las cuatro categorías principales que son Álbum del Año, Canción del Año, Grabación del Año y Mejor Nuevo Artista, “y esas no se negocian, esas cuatro cuando menos uno de los exponentes, va”, sentenció Abaroa.
“Después tenemos La Persona del Año, que este año será el grupo mexicano Maná, también va. O sea que, de los 15 números que podemos tener durante el programa, cinco ya se fueron con eso, nos quedan 10, ahí tratamos de dar una probada al urbano, una probada al pop, al tropical, una probada a cantautor”, subrayó.
Posteriormente, reveló Abaroa, a lo mejor se plantean nuevas fórmulas en las que puede combinar, y a lo mejor una de esas recetas tiene que ver con la música alternativa, con lo urbano, con mariachi, “y de esa forma vamos haciendo este menú”.
Confesó que el proceso es muy interesante, muy desgastante, muy político, porque hay que cuidar muchísimo el respeto a todos los artistas y a sus equipos, y lo que la gente ve en el escenario, es producto de todos esos esfuerzos, de todas esas contingencias enfrentadas, de obstáculos y de oportunidades.