Todo el viaje es un enamorarse de los escenarios naturales, que comienzan desde la salida de la embarcación, en Playa Mía, pues a este lugar sólo puede accederse por barco ya que se encuentra a 800 metros de las costas de Cozumel.
En 30 minutos, tiempo estimado para llegar, puede observarse un claro cielo con nubes blancas, y aunque pudiera pensarse que es tedioso hacer el trayecto sólo viendo el mar, lo cierto es que en cada metro se descubren maravillas naturales.
Una mancha azul turquesa sobresale del azul profundo del mar, pero también pueden observarse brochazos de celestes y entonces uno puede contar al menos tres tonalidades de las aguas cristalinas de la isla.
Al llegar al destino, el visitante se debe preparar para el atractivo principal, con el uso correcto del equipo de esnórquel: aletas, googles y chaleco salvavidas, mientras que los guías certificados mencionan las instrucciones que deben seguirse para el buen desempeño de esta actividad.
Es entonces cuando el cielo baja a las profundidades del mar. Puede verse una arena blanca, deslumbrante, y sobre ella rojas estrellas de mar, algunas solitarias, otras en conjunto, pero todas acompañadas de la flora marina.
“Las condiciones de las estrellas cambian de acuerdo al clima, hay días en que hace frío y no las vemos mucho, hay otros en que hay mareas y se van a lugares más protegidos, ellas tienen su frecuencia”, expresó René Rivas, director de ventas de Playa Mía.
A pesar de que la tentación es mucha, sólo puede apreciarse a estas especies, tocarlas o sacarlas del agua está prohibido, pues son muy delicadas y nada más queda ser testigos visuales y guardar la experiencia atesorada en la memoria.
“Esta es un área protegida por varias instituciones medioambientales tanto nacionales como extranjeras y lo que principalmente hacemos es obedecer las regulaciones de protección del área que está inmersa en el Parque Marino de Cozumel”, externó Rivas.
Aunque no puede asegurarse que siempre estarán las estrellas del mar, la experiencia de conocer un lugar mágico siempre se quedará, pues además de hacer estos viajes turísticos, Playa Mía también se preocupa por el cuidado de la zona para las siguientes generaciones.
“Es un ejemplo a nivel internacional como uno de los más exitosos en el manejo del impacto ambiental, que se mantenga en lo sustentable y no dañemos el área. Lo que nosotros hacemos es que operamos con embarcaciones que cuentan con permisos reguladas por el parque”, indicó el director.
La intención es crear una cultura de conservación y que los turistas ayuden a mantener el ecosistema sin interferir con los hábitats y con una responsable visita a las zonas protegidas.
“Siempre habrá gente irresponsable, pero hemos visto gran éxito en muchos emprendimientos que ha tenido la autoridad con resultados maravillosos, por ejemplo, el coral de los arrecifes se vio muy impactado después del huracán Wilma, y a la fecha ha habido un repunte y recuperación del coral muy interesante y es el resultado de que los operadores están haciendo un trabajo consciente”.