México, octubre (SEMlac).- (Imagen Ilustrativa/depositphotos) Hay niñas en México que, desde muy temprano, sufren de dolores de espalda o musculares, tienen problemas respiratorios o terminan intoxicadas por el uso de productos de limpieza, en jornadas que pueden llegar a las 14 horas diarias.
Niñas que, desde su primera edad, hacen trabajo doméstico no remunerado, trabajo no permitido y en "condiciones no adecuadas". Son las adolescentes que dejaron la escuela en estos últimos tres años, durante la administración de Andrés Manuel López Obrador.
Estas niñas son un millón y medio que, en contra de su desarrollo, su derecho a jugar y ser felices, realizan trabajo infantil. De ellas, medio millón labora en trabajos peligrosos. Ello, sin tomar en cuenta actividades ocultas invisibles, como la explotación sexual o actividades ilícitas, trabajo forzoso, que no puede ser captado por una encuesta sólo aplicada en los hogares.
Se concentran especialmente en los estados de Guerrero, Chiapas, Nayarit y Oaxaca.
El pasado 5 de octubre, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI), apoyada técnicamente por la OIT y financieramente por el departamento de Trabajo de los Estados Unidos.
Los resultados de la encuesta, aplicada a 65.000 hogares en el país, a partir de octubre de 2022, reveló que hay un total de 3,7 millones de niños, niñas y adolescentes realizando trabajo infantil; es decir, 13,1 de por ciento de los 28 millones 400.000 mexicanos y mexicanas de 5 a 17 años ocupados en actividades laborales propias de las y los adultos, labores no permitidas y muchas de ellas de alto riesgo.
Se trata de la segunda encuesta independiente que se realiza en el país; antes había Módulos de Trabajo Infantil (MTI), de INEGI, pero que ahora permite comparar. Así, de 2019 -cuando se aplicó la primera encuesta-- y esta, creció el trabajo infantil en cerca de medio millón de niñas, niños y adolescentes.
Detectó que las niñas, los niños y adolescentes realizan actividades de carácter peligroso hasta en el 95 por ciento y, el 51 por ciento realiza trabajo en los hogares no remunerados en "condiciones no adecuadas". Las autoridades nacionales e internacionales que presentaron la encuesta afirmaron que el trabajo infantil debe ser erradicado.
Para las adolescentes, el trabajo infantil no sólo disminuye su desarrollo, sino que son ellas las primeras en dejar la escuela. Tanto ellas como los hombres, trabajan y estudian, suman 300.000.
Consideraciones
En la mesa de presentación, Graciela Márquez Colín, presidenta del INEGI, dijo que la cultura popular suele separar de forma tajante el mundo de la infancia y el de la edad adulta; la etapa alegre, lúdica y formativa de la niñez se contrasta con los episodios complejos de la adultez. Sin embargo, los hechos ocurren en forma distinta, pues cualquier adversidad que afecta a las personas adultas incide también en las infancias. Si hay tiempos difíciles, seguramente también lo serán para la niñez.
Afirmó que la pobreza, los conflictos, el cambio climático, las enfermedades y un largo etcétera son ejemplos de las vulnerabilidades que marcan el rumbo de las familias. El trabajo infantil se inserta en esta lógica, al entretejer condiciones laborales riesgosas e inadecuadas con la vulnerabilidad de este grupo en particular -de más de 28 millones de habitantes en México-, situación que obstaculiza su pleno desarrollo y resonará en los años posteriores.
Destacó que el reconocimiento, protección y promoción de los derechos de las infancias parte de esta premisa y, por eso, vuelve imperativo un esfuerzo global e integral a su favor. En esta tarea, todos los sectores y actores de la sociedad, tanto la mexicana como la internacional, estamos llamados a actuar, ya sea en organizaciones internacionales, agencias gubernamentales u oficinas nacionales de estadística, como el INEGI.
Mary Carol Ellison, agregada laboral de la Embajada de Estados Unidos en México, dijo que ha sido bueno "haber apoyado la Encuesta Nacional en 2019 y también este año", lo que servirá para eliminar el trabajo infantil y trabajo forzoso, para mejorar las condiciones de seguridad y salud en el trabajo, y promover los derechos laborales de todos los trabajadores y trabajadoras en México.
Destacó que INEGI está haciendo una contribución tan crítica a esta base de información y de conocimiento del trabajo infantil en México. Dijo que en el mundo hay más de 160 millones de niños en trabajo infantil y agregó que también en Estados Unidos tenemos trabajo infantil. Esta encuesta "tiene un momento crítico, después de la pandemia", por lo que "podremos enfrentar este problema de trabajo infantil y es algo muy clave que estamos haciendo en este sentido, junto con la Organización Internacional de Trabajo, en el proyecto que se llama Accionar".
Pedro Furtado de Oliveira, representante de la Oficina de la OIT en México, explicó que la encuesta es el resultado de un trabajo colaborativo entre el INEGI, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, OIT y el departamento de trabajo de los Estados Unidos.
Luego se refirió al proyecto "Accionar", el cual tiene por objetivo incrementar el uso de datos para el desarrollo de leyes, políticas públicas y programas para prevenir y combatir el trabajo infantil. Las bases de datos de la Encuesta sobre Trabajo Infantil están accesibles al público y proporcionan un recurso inestimable para autoridades, organizaciones de empleadores y trabajadores, investigadores, periodistas y otras entidades interesadas.
De lo que se trata, dijo, es de tener una comprensión más profunda de las causas fundamentales del trabajo infantil en distintos contextos y contribuir al debate político sobre los mecanismos específicos para combatirlo.
En la mesa de presentación de la encuesta estuvo Graciela Márquez Colín (GMC), presidenta del INEGI; Mary Carol Ellison, agregada laboral de la Embajada de los Estados Unidos en México, y Pedro Furtado de Oliveira, representante de la Oficina de la OIT en México; Arturo Blancas Espejo, vicepresidente de la Junta de Gobierno del Instituto, y Mauricio Rodríguez Abreu, director general de Estadísticas Sociodemográficas.