'Limpiabotas’, oficio que perdura en San Juan del Río

Martín García
Periodista
12 de Septiembre de 2017
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limpiabotas
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San Juan del Río, 30 Agosto 17.- El oficio de ‘limpiabotas’, sigue perdurando en la cultura mexicana, y por supuesto ha llegado hasta las pantallas del cine con “Cantinflas”, que honró a estos personajes en la película “El bolero de Raquel”.

Actualmente, los “limpiabotas” como se les conocía durante los años 30, están aún presentes en las calles, pero su trabajo ya no es tan imprescindible como antes.

Tienen muchos nombres, como limpiabotas, lustrabotas, lustrador de calzado o boleros, actividad que tradicionalmente ejercen personas del género masculino y muy frecuentemente niños.

Dentro del municipio de San Juan del Río el sueldo ganado como limpiabotas es muy variable, pero es una proporción significativa del ingreso familiar.

“Estamos desde las 7 de la mañana dando el servicio, y cada boleada nos pagan 25 pesos que es el costo. Puede que al día estemos sacando entre 50 a 100 pesos”, expresó Bernardo Klee Becerra, quien tiene ya al menos 18 años laborando en esta actividad en el Centro Histórico del municipio.

Quien contrata sus servicios se ve obligado a trepar por un artilugio metálico como la mona de Casal y se instala en el asiento elevado como un rey. Es ahí cuando el bolero le proporciona un periódico para que esté al día de las noticias, que sería como el ‘desayuno’ para los que madrugan.

Si hay tiempo, el cliente se percata de que le quitan los cordones, los limpian con jabón de calabaza, secan el calzado, los repasan con gasolina blanca y luego los embadurnan de betún. Y a frotar con estilo y elegancia.

Los boleros, cuando no tienen clientes, hablan de cosas personales, de fútbol o de la vida, incluso se ponen a leer el periódico que compraron para sus clientes.
“Es muy frecuente que no tengamos nada que hacer, ya que nuestros clientes son esporádicos, platicamos entre nosotros o simplemente nos ponemos a leer los diferentes periódicos del municipio”, externó Luis Jiménez.

Mientras tanto, del otro lado de la moneda, dicen que su oficio es muy respetado entre la ciudadanía, ya que tener que tratar por años con políticos, comerciantes, ciudadanos y turistas, les ha dado un prestigio con el pueblo sanjuanense.

“Si uno pasa por delante de algún oficial nos verá siempre como personas humildes y hasta nos tratan mal”, dijo uno de los boleros.

En cambio otro confío que sin embargo un bolero o limpiabotas, es más respetado por la ciudadanía, que la imagen de un político.

“Es decir, los mexicanos respetan más a sus limpiabotas que a sus políticos, nosotros aquí nos damos cuenta de todo, los clientes son variados, desde un ciudadano común y corriente, hasta un empresario, comerciante o político”, puntualizó.

Su rutina laboral termina alrededor de las 3 de la tarde, ya que en algunos casos sus ventas son más bajas, pero muchas veces esperan a que por asares del destino ya entrada la tarde-noche, llegue algún cliente a requerir de sus servicios.

“Estamos aquí hasta que nos cae la noche, pero hay días que son muy frecuentes que en la tarde ya no tenemos clientes y tenemos que esperar, pero todo depende de cuánto hayamos sacado para comprar el pan del día”, puntualizó.

En San Juan del Río, existen alrededor de 20 boleros, que se instalan de manera cotidiana sobre Avenida Juárez y en el Jardín Independencia, algunos otros, se dedican a recorrer oficinas y negocios para ofrecer su servicio.