San Juan del Río, 19 de agosto de 2025.- Las alcancías de cochinito, símbolo universal del ahorro durante más de 500 años, enfrentan una transformación digital con la llegada de las criptomonedas como Bitcoin.
Esta tradición milenaria, que enseñó a generaciones enteras el valor del ahorro, encuentra ahora competencia en las billeteras digitales donde familias depositan fracciones de Bitcoin como nueva forma de reserva económica.
La práctica de guardar monedas en recipientes con forma de cerdo se originó en el siglo XV en Europa, cuando los alfareros utilizaban arcilla llamada “pygg” para crear recipientes domésticos.
Con el tiempo, la palabra evolucionó hasta convertirse en “pig”, dando origen a las populares alcancías que conocemos hoy.
Tradición que perdura en el tiempo

Especialistas especialista en tradiciones familiares de la Universidad Nacional, explica que “las alcancías de cochinito representan mucho más que un simple recipiente para monedas. Son el primer acercamiento de los niños al concepto de ahorro y planificación financiera”.
En México y Latinoamérica, esta tradición se fortaleció durante el siglo XX, cuando las familias utilizaban estas alcancías como método para ahorrar para celebraciones especiales, emergencias o proyectos familiares.
El 78% de los adultos mayores de 40 años recuerda haber tenido una alcancía de cochinito en su infancia, según datos del Instituto Nacional de Educación Financiera.
Bitcoin: la alcancía digital del siglo XXI
La irrupción de Bitcoin en 2009 creó un nuevo paradigma de ahorro. Plataformas especializadas reportan que el 23% de los nuevos inversores son padres de familia que enseñan a sus hijos sobre criptomonedas como alternativa moderna al ahorro tradicional.
“Ahora compramos fracciones de Bitcoin cada mes, como antes echábamos monedas al cochinito”, indica Carlos Ruiz, ingeniero en sistemas y padre de dos hijos. “La diferencia es que estas monedas digitales pueden crecer en valor con el tiempo”.
Coexistencia entre tradición y tecnología
Los expertos en finanzas personales observan que ambas formas de ahorro no son excluyentes.
Roberto Mendoza, asesor financiero certificado, señala que “las alcancías físicas enseñan disciplina y paciencia, mientras que Bitcoin introduce conceptos de inversión y volatilidad financiera”.
Estudios recientes muestran que el 45% de las familias que invierten en criptomonedas mantienen también métodos tradicionales de ahorro, incluyendo alcancías físicas para monedas y billetes.
Desafíos y oportunidades educativas

La transición hacia activos digitales presenta desafíos únicos. Mientras las alcancías tradicionales ofrecían seguridad física y simplicidad, Bitcoin requiere comprensión tecnológica y tolerancia a la volatilidad de precios.
“Es fundamental que la educación financiera evolucione para incluir tanto conceptos tradicionales como digitales”, comenta Ana Patricia Vega, directora de Educación Financiera en una institución bancaria.
El futuro del ahorro familiar
Las proyecciones indican que para 2030, el 60% de las nuevas generaciones combinará métodos tradicionales y digitales de ahorro.
Las alcancías inteligentes, que conectan con aplicaciones móviles para rastrear ahorros en Bitcoin, representan esta convergencia tecnológica.
La tradición del cochinito no desaparece, sino que se transforma para adaptarse a la era digital, manteniendo su esencia educativa mientras incorpora las posibilidades que ofrecen las criptomonedas como herramienta de ahorro e inversión del futuro.















Operativo policial en San Juan del Río donde detuvieron a un hombre con metanfetamina en Barrio de La Cruz. 
