México, marzo (SEMlac).- El pleno del Senado de la República pidió la destitución del juez Martínez Vitela, quien dejó libre a un perpetrador de violencia infantil. Ello, en medio de protestas diversas y de la difusión del hecho que ha indignado a sectores feministas y a las familias.
En información oficial se informó que el Pleno del Senado exhortó al Poder Judicial del Estado de México a proceder a la destitución del juez Manuel Alejandro Martínez Vitela por su incompetencia, falta de capacidad e ineptitud, y por poner en riesgo la vida, dignidad, integridad y la salud de una niña de sólo cuatro años.
Mediante un punto de acuerdo aprobado de urgente resolución el pasado 29 de febrero, las y los senadores plantean que la resolución del juez permitiría sentar un precedente a fin de evitar que miles de pederastas vivan en la impunidad por este tipo de decisiones absurdas, denigrantes, ultrajantes y humillantes.
Asimismo, se exhortó al Poder Judicial del Estado de México y a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas condenar y aplicar justicia y reparación de daños.
Además, las y los senadores también aprobaron incrementar las penas por el delito de abuso sexual de menores de edad.
Panorama estadístico de la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes
En 2021 se registraron 22.410 víctimas de violencia sexual infantil en México, de acuerdo con datos del Censo Nacional de Procuración de Justicia Estatal, elaborado por el INEGI, sin contar la cifra "oculta" de casos que no se denuncian.
El estudio arrojó que de 2020 a 2021 se registraron 693 casos más, es decir, un aumento de tres por ciento. Respecto a la edad, niñas, niños y adolescentes de entre 10 y 14 años fueron el rango más afectado. También es importante visibilizar que casi el diez por ciento fueron niñas y niños menores de cinco años lo cual equivale a 2.070 víctimas de violencia sexual durante su primera infancia.
Los datos estadísticos del Censo arrojaron que, durante el 2021, diariamente se cometieron 61 delitos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, de los cuales seis fueron niñas y niños menores de cinco años.
Respecto a las denuncias y carpetas de investigación de violencia sexual infantil abiertas, según la fuente consultada, de las 22.410 víctimas, un total de 18.903 casos correspondieron a casos de violencia sexual cometidos contra niñas y mujeres lo que representa el 84 por ciento de los casos.
Por distribución geográfica, las mayores tasas estatales de delitos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes se registraron en Chihuahua (161), Querétaro (139), Nuevo León (134), Ciudad de México (123), Baja California (115) e Hidalgo (111), todas superando los 100 delitos por cada 100.000 niñas, niños y adolescentes en cada entidad federativa.
De acuerdo con el Censo 2021, el delito más registrado fue el abuso sexual con un 53 por ciento, seguido de violación (33%), otros delitos de violencia sexual (5,7%), acoso sexual (4%), estupro (3,6%) hostigamiento sexual (1%) e incesto (0,01%).
El estudio señala que no existe homologación de delitos sexuales en los Códigos Penales estatales, lo que provoca confusión en conductas sancionadas y se dan interpretaciones jurídicas que llevan a la impunidad. Asimismo, hay poco acceso a la justicia, mínima coordinación entre estados para proteger a las niñas, niños y adolescentes y se carece de perspectiva de niñez.
Por otro lado, en el estudio también se analizaron los reportes de información sobre lesiones y causas de violencia que se concentran en la Secretaría de Salud, y sobresalió que entre 2020 y 2021 la violencia contra niñas, niños y adolescentes se incrementó en todas sus formas.
Va en aumento
Se observó un aumento del 43 por ciento en niñas, niños y adolescentes que acudieron a una unidad de médica por alguna forma de violencia (física, sexual, psicológica o abandono). Se registraron un total de 27.486 casos en 2021. Un aumento del 48 por ciento, si se observa exclusivamente la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes (8.172 casos).
Lamentablemente, hubo aumentos significativos de niñas, niños y adolescentes acudiendo a hospitales por una violencia comparativamente en el período de la pandemia de 2020 y 2021. La violencia física aumentó un 29 por ciento, la violencia psicológica 49, la violencia económica 78 y el abandono o negligencia aumentó.
Diariamente 75 niñas, niños y adolescentes acudieron a una unidad médica requiriendo atención por violencia física, sexual, psicológica, económica, o un abandono o negligencia, mientras que 22 niñas, niños y adolescentes acudieron a una unidad médica como consecuencia de la violencia sexual.
Violencia sexual infantil, un problema lacerante en aumento
Además del "Panorama estadístico de la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes", se analizó la Encuesta Nacional de la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2021), se encontró que 12 de cada 100 mujeres reportó haber sufrido alguna forma de violencia sexual antes de los 15 años.
De 2016 a 2021, las niñas y mujeres que sufrieron algún tipo de violencia sexual pasaron de cuatro millones 378.040 casos a seis millones 366.948 casos. Es decir, un aumento de casi dos millones. Lo anterior equivale a un incremento de 45 por ciento en la violencia sexual sufrida durante la niñez y adolescencia, reportada por mujeres mexicanas.
En más evidencias soportadas por la estadística y la medición de datos oficiales, disponibles de manera dispersa, pero que se conjuntaron para su interpretación en este estudio de Alumbra, también se halló que siete de cada 10 agresores de niñas y adolescentes son familiares, es decir las personas más cercanas a las niñas y adolescentes. Quienes ocupan los primeros lugares son los tíos y primos.
El desafío de prevenir, erradicar y sancionar la violencia sexual infantil
Organizaciones sociales señalan que es indispensable la generación y análisis periódico de indicadores de violencia sexual. Aunque se reconoce la labor de las fuentes de información, se enfatiza la necesidad de una encuesta nacional que permita cuantificar la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, para poder llevar a cabo diagnósticos y estudios más especializados, identificar factores de riesgo, asociaciones entre variables y tendencias sobre la violencia sexual.
También es necesario generar estrategias basadas en evidencia, orientadas a la prevención de la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes, fomentar la cultura de denuncia de delitos y disminuir la "cifra oculta".
A manera de conclusión, mientras no haya un marco jurídico homogéneo en sus propósitos y alcances para prevenir y sancionar la violencia sexual ni existan políticas públicas en el mismo sentido, con enfoque de niñez, las niñas, los niños y adolescentes tendrán una infancia rota, con riesgo de permanecer en el silencio toda su vida y los agresores en la impunidad.