Oaxaca, México, febrero (SEMlac).- (depositphotos) Lo personal es político. Mientras el poder legislativo federal ha reformado diversas leyes para proteger a la infancia de matrimonios forzados, la trata y el abuso sexual digital, el gobierno federal no ha ratificado los tratados internacionales para proteger a la infancia y, por otro lado, tampoco los ejecutivos han hecho lo necesario para hacer cumplir estas leyes.
Así lo sostiene Eufrosina Cruz Mendoza, diputada federal quien, a los 12 años de edad, tan pronto terminó la primaria, tomó la decisión de irse de su casa en la comunidad de Santa María Quiegolani, en la Sierra Sur oaxaqueña, para evitar ser dada en matrimonio o que la hubieran "juntado" con un hombre mayor que ella, como ya había pasado con sus hermanas Tacha y Gudelia.
La pasada semana, el Senado aprobó el Artículo 2º de la Constitución mexicana que prohíbe el matrimonio forzado entre niñas indígenas. Un paso más en esta cadena de legislaciones que buscan, como plantea Cruz Mendoza, proteger "la dignidad, la libertad, la rebeldía y la conciencia de una niña".
En entrevista, afirma que México se convirtió en el primer país de América Latina en nombrar como delito el matrimonio infantil, como ocurrió hace un año y que se concretó en abril del 2023 cuando se publicó en el Diario Oficial de la Federación la reforma al Código Penal federal, que adicionó un nuevo capítulo sobre matrimonios infantiles o cohabitaciones, imponiendo penas punitivas a quien autorice o haga algo para favorecer estas uniones.
La reforma de hace un año y la más reciente sin duda son importantes y se complementan frente a un fenómeno social que se presenta en todo el país, pero que afecta de forma directa a las niñas indígenas y a las que viven en zonas urbanas marginales.
Agrega que este problema va de la mano con la trata y el abuso sexual digital, fenómenos que no están siendo lo suficientemente visibles o de los que no se quiere hablar, pero advierte que "México es el país que más pornografía infantil produce en el mundo".
Cita que México ocupa el primer lugar en consumo de pornografía infantil, produciendo el 60 por ciento de la pornografía infantil en el mundo, dato que va de la mano con el consumo, lo que debería preocuparnos y ocuparnos más, de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas.
Parafrasea la cita de la ONU: "México es un paraíso para la pornografía y pederastas".
Por otro lado, señala que Safe the Children, organización internacional que vela por los derechos de las infancias, que una de cada 100 niñas de entre 12 y 14 años se encuentra casada o equiparable contra su voluntad. A su vez, la ONU registra que de 2010 a 2021 hubo 153.000 matrimonios infantiles, lo que equivale a 38 uniones cada día en promedio.
Por ello sostiene que ha realizado un trabajo a ras de tierra, para que los congresos estatales hagan su tarea y homologuen el Código Penal federal con el de cada entidad; sin embargo, desde hace casi un año, solo unas cuantas "muy pocas" entidades lo han hecho, entre ellas, recientemente, Oaxaca.
Es lo mismo que se tendrá que hacer ahora con la reforma al 2º constitucional, aprobado en el Senado, que prohíbe el matrimonio infantil entre niñas.
Ahora toca a los tres niveles de gobierno elaborar protocolos para atender a las niñas, saber qué autoridad se hará cargo de la menor, el papel de las fiscalías, los sistemas estatales y municipales DIF, los sistemas de protección de niñas, niños y adolescentes, las instancias de las mujeres y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, para hacer cumplir la ley y proteger a las niñas en las comunidades donde se entraña la desigualdad.
Algunas de estas instancias hasta hoy no se han pronunciado, como hasta hoy no existe ninguna carpeta de investigación judicializada o ninguna sentencia por esta forma de trata, como tenemos que ver los matrimonios forzados.
Eufrosina Cruz Mendoza reiteró que la realidad es que no basta una ley, es necesario que la sociedad y las instituciones gubernamentales asuman su responsabilidad.
Como lo afirma en su libro Los sueños de la niña de la montaña (Ed. Grijalbo), Eufrosina Cruz señala que "tenemos que hacer que ninguna otra niña llore por las noches o por los rincones ante el temor de que alguien va a tocar la puerta para llevársela porque así es la costumbre. Que ellas y en especial las que tienen condiciones desfavorables, reciban el "abrazo" de las instituciones, que les respondan.
Cita que en este fenómeno es un problema que se ha visibilizado en las comunidades indígenas, pero que no es exclusivo, "para sorpresa nuestra cuando hicimos la investigación, antes de proponer la iniciativa, descubrimos que Nuevo León es uno de los estados del país con mayor número de matrimonios infantiles, esto significa que mucho tiene que ver con la desigualdad".
Y esa desigualdad, la falta de oportunidades, las hace vulnerables frente a la trata y a la pornografía digital, cuyo producto interno bruto supera hoy en día al tráfico de armas, afirma la entrevistada.
El próximo paso que dará Eufrosina Cruz es una nueva iniciativa para que la industria turística cuente con protocolos de actuación para evitar la trata. "Les parece normal que un hombre mayor llegue a un hotel acompañado de una menor o de un menor, nadie pregunta si es su familiar y por seguridad debemos tener protocolos como los que se piden en los aeropuertos para que un o una menor pueda viajar.
Sí, puntualiza, hoy la niñez está a la deriva y acusa al gobierno de la 4T de no haber ratificado los tratados internacionales para proteger a la infancia y eso es bastante grave.