Ciudad de México, 14 oct (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, descartó este jueves que en los enfrentamientos ocurridos el miércoles en la refinería de Dos Bocas, en el estado de Tabasco, haya "mano negra" desde el extranjero para detener la construcción de la obra, una de las más representativas de su Gobierno.
"No creo que haya mano negra para parar la refinería porque no quieran en el extranjero que se produzcan las gasolinas en México", apuntó el mandatario durante su conferencia de prensa matutina desde Palacio Nacional.
Un choque entre policías antimotines y empleados que mantienen una huelga desde el pasado martes en la refinería de Dos Bocas exigiendo aumento salarial y otras prestaciones, dejó el miércoles un saldo de tres heridos, según denunciaron los trabajadores y se divulgó en videos transmitidos por redes sociales.
En ese sentido, el mandatario aseguró que tiene información de que a los trabajadores "se les está pagando lo justo y tienen otras prestaciones".
Asimismo, reiteró su postura de que los conflictos fueron derivados por una disputa entre los sindicatos que buscan conseguir la titularidad de los contratos.
Mostró su esperanza de que lo ocurrido el miércoles sea un "caso aislado" y por ello pidió a los dirigentes y trabajadores que "no se dejen manipular" ni utilizar e incluso puntualizó que si necesitan un dirigente que les ayude él mismo está "a las órdenes de ellos".
Con un costo de unos 8.900 millones de dólares, la refinería de es una de las principales obras del Gobierno de López Obrador, además de la rehabilitación de las seis ya existentes.
El presidente busca fortalecer la petrolera estatal Pemex e impulsar proyectos como el de esta refinería en Tabasco con el fin de lograr autosuficiencia energética.
Pero esta refinería, así como el nuevo aeropuerto capitalino o el Tren Maya, han despertado críticas de políticos opositores y activistas por su impacto ambiental y concentración desproporcionada del presupuesto público.