Querétaro (México), 17 nov (EFE).- En el corazón de los zonas populares de la ciudad mexicana de Querétaro nacieron hace décadas las clicas o pandillas, agrupaciones de jóvenes que pelean por controlar las calles y que ahora, gracias al llamado Acuerdo por el Barrio impulsado por el municipio, buscan firmar la paz.
"El problema entre las clicas estaba cabrón (duro), en el aspecto en el que no podíamos pasar de un lado a otro sin que hubiera problemas, y ahorita con el Acuerdo por el Barrio, ya podemos movernos con más paz, con más tranquilidad", reconoció este miércoles a Efe David Miranda Hernández, perteneciente a la clica llamada Dejando Historia o DH.
Querétaro es considerada una de las ciudades más tranquilas y seguras del país, pero ello no impidió que desde los años ochenta hasta la actualidad la presencia de pandillas dificultara la convivencia en ciertas zonas de esta urbe de poco más de un millón de habitantes.
Es por ello que la alcaldía municipal inició meses atrás el programa Tejiendo Comunidades de Paz junto con la asociación Nacidos para Triunfar, con el afán de promover la armonía entre los distintos grupos.
REINSERCIÓN SOCIAL
Todas las acciones llevaron a que se firmara el Acuerdo por el Barrio, que busca romper paradigmas y brindar oportunidad a los jóvenes para que puedan salir adelante y mejorar su calidad de vida y la de sus familias.
Al respecto, el alcalde de Querétaro, Luis Nava, habló sobre la necesidad de integrar a estos jóvenes al resto de la sociedad e incluso reconoció que durante años se los ha marginado.
“Ellos nos dicen que la gente los juzga o es prejuiciosa porque los ven con algunos tatuajes (...) Este (acuerdo) nos da una oportunidad como sociedad de decirles: ustedes son parte de nosotros, tenemos que trabajar juntos", dijo a Efe el presidente municipal queretano, quien destacó que el fin último es "cambiar vidas”.
Explicó que en una primera etapa se trabajó con 22 grupos que representan más de 200 jóvenes en situación de riesgo y se les ofreció talleres de educación, arte urbano, sano esparcimiento, cultura de paz y oportunidades de empleo, todo enfocado a cambiar sus barrios desde adentro y abrir nuevos horizontes para mejorar su calidad de vida, agregó.
PRIMEROS LOGROS
Tras el acercamiento inicial se firmó el Acuerdo por el Barrio, uno de los primeros resultados que se obtuvo de este diálogo.
Con este acuerdo, varias pandillas o clicas de algunos de los barrios más populares acordaron cesar las agresiones y las disputas por el territorio.
Este primer esfuerzo del programa se encuentra todavía en una fase piloto y las autoridades municipales prevén extenderlo al resto de los barrios que presentan problemáticas similares en las siguientes etapas.
Entre estos primeros avances, está la expresión mediante el hiphop de la realidad de las pandillas y sus sueños de prosperidad. Un proyecto que, gracias al apoyo del programa, ha permitido que la música de estos jóvenes se escuche ya en Spotify.
“Cuando llegaron (las autoridades que impulsan el programa) nos dijeron que nos iban a apoyar literalmente a alcanzar nuestros sueños. Por si queremos estudiar, trabajar o tenemos algún talento que queremos desarrollar o sacar a flote", explicó David.
De esta manera, dijo que incluso la imagen que tenían de sí mismo ha cambiado. "Solo me veían en la esquina fumando hierba o con mis compas, pero ahora yo me veo literalmente cumpliendo mis sueños y llegando a la cima”, agregó David.
Por su parte, Aldo, miembro de la clica GNG y SMA, afirmó sentirse aliviado por poder desarrollar su arte urbano de manera legal, sin tener que preocuparse por las implicaciones legales o el tiempo del que dispone para poder plasmar su idea.
“Por primera vez nos dan chance de hacer un mural con permiso, no ilegal en la calle y arriesgándose. (...) Esto me pareció perfecto, porque ahí supe expresarme bien”, explicó.
ROMPER ESTEREOTIPOS
Finalmente, Adriana Bouchot, directora del Instituto Municipal de Querétaro, señaló que, si bien con estos programas se pretende romper estigmas, así como escuchar y conocer a todos los grupos sociales que habitan en la ciudad, también se busca mantener la tradición de los barrios y a su vez volverlos espacios de convivencia pacífica, con vínculos entre las autoridades y la ciudadanía.
“Son trabajos que llevan meses, primero de confianza y posteriormente entramos en una segunda etapa que es de formación, en la que durante nueve semanas van a tener talleres que les permitan adquirir herramientas para combatir el consumo de drogas o el manejo de resolución de conflictos, entre otros", detalló la funcionaria.
Bouchot agregó que posteriormente se intentará vincular a estos jóvenes con un oficio, carrera académica o incluso empresa, como parte de este programa integral que busca romper los paradigmas en los barrios más humildes de la industrializada Querétaro.