San Juan del Río, 25 junio 2024.- Con la llegada de las primeras lluvias, los campos mexicanos se llenan de vida y sabor gracias a la aparición de los hongos de campo, conocidos localmente como setas, hongos silvestres o simplemente "honguitos".
Este fenómeno natural es esperado con ansias por las familias del campo, quienes reconocen en estos hongos una oportunidad para deleitarse con uno de los manjares más exquisitos de la gastronomía mexicana.
Los hongos de campo, que brotan en prados y bosques después de las lluvias, son apreciados no solo por su sabor sino también por su valor nutritivo.
En muchas comunidades rurales, su recolección se convierte en una actividad familiar y una tradición que se transmite de generación en generación.
Las variedades más comunes incluyen el hongo blanco, el huitlacoche, y el hongo de pino, cada uno con sus características y usos culinarios específicos.
Para las familias del campo, la temporada de hongos es una época especial que marca el inicio de una serie de rituales y costumbres.
Los recolectores salen temprano por la mañana, equipados con cestas y herramientas para identificar y recoger los mejores ejemplares. Este conocimiento, que se ha perfeccionado a lo largo de los años, es esencial para evitar la recolección de hongos tóxicos.
Los hongos de campo son versátiles y se pueden preparar de diversas formas. Desde el clásico guiso de hongos con epazote y chile hasta los sofisticados platillos gourmet que se sirven en restaurantes de alta cocina, estos ingredientes se adaptan a todo tipo de recetas.
En las comunidades rurales, los hongos se utilizan para enriquecer sopas, salsas y tamales, aportando un sabor único y distintivo.
Además de su delicioso sabor, los hongos de campo son una fuente rica en proteínas, vitaminas y minerales. Contienen antioxidantes y poseen propiedades antiinflamatorias, lo que los convierte en un complemento saludable para cualquier dieta.
Su bajo contenido calórico y alto contenido en fibra también los hacen ideales para quienes buscan una alimentación balanceada.
El interés por los hongos de campo no se limita a las comunidades rurales. En los últimos años, su popularidad ha crecido en las zonas urbanas, donde chefs y gourmets los han adoptado como ingredientes estrella.
Este auge ha impulsado iniciativas para su cultivo y conservación, asegurando que las futuras generaciones también puedan disfrutar de este regalo de la naturaleza.
Hay también familias que los recolectan para obtener ingresos y salen a las ciudades o mercados para venderlos como un producto gastronómico codiciado.