San Juan del Río, 12 noviembre 2022.- Históricamente las Bandas de Guerra representan un patriotismo nato, donde se enaltecen y respetan los símbolos patrios de una nación.
Actualmente, instituciones educativas de índole público o privado, exhortan a sus comunidades estudiantiles a participar en las bandas de guerra representativas de las mismas instituciones.
Sin embargo, no todas las agrupaciones cuentan con un respaldo, de hecho, ni el pertenecer a un ente educativo es garantía de compromiso con la banda de guerra.
Mibsam Benshimon Cruz Quijano, es director de la Banda de Guerra del Colegio de Bachilleres Plantel 17, que se ubica en capital del estado de Querétaro y también es coordinador de la banda de guerra Alas de Plata, la cual participa en concursos de manera “libre”, pues no pertenece a una institución.
Cruz Quijano explicó que el pertenecer a una Banda de Guerra es una lucha constante para cada integrante, donde se sacrifica tiempo y convivencia en familia.
No obstante también reconoció que, “el incentivar la participación en las bandas, podría contribuir a la prevención de algún delito, desde tirar la basura en la calle, realizar pintas en bardas o inclusive el consumo de drogas. Los alejamos de ese tipo de situaciones y los involucramos en un ambiente cívico, que les inculca respeto”, aseveró.
El coordinador de Alas de Plata enfatizó en que, “hablar de una banda educativa como lo es el colegio de bachilleres, es hablar de instituciones, al contrario de las agrupaciones libres, donde significa hablar de sacrificios”.
“A veces tocamos puertas con gobierno y a veces si nos apoyan, nos llegan a donar instrumentos que pueden durar hasta 10 años, pero el mantenimiento cuesta, las baquetas no duran, ni los parches y piolas”.
Mibsan señaló que Alas de Plata cuando es invitado a un evento, acude sin recibir una paga, pero la misma agrupación les hace una invitación a los organizadores para que los apoyen y realicen alguna donación de materiales o instrumentos.
“Ser instructor de banda no solo es estar al frente, hay que capacitarse, tener conocimientos básicos en música, de primeros auxilios, sobre psicomotricidad. También tomar materias académicas; estrategias del aprendizaje, métodos y técnicas de la enseñanza, e inclusive cuestiones pedagógicas y psicológicas que nos forme de manera profesional”.
Por último, expresó que no hay satisfacción más grande que el ver el crecimiento de las y los jóvenes que participan en la banda de guerra, donde se superan a si mismos.
“Yo no les exijo un trofeo, es solo un metal vacío, sin sentimientos. Me quedo con cada uno de sus logros, es maravilloso ver que los puedes motivar y ver que ya se controlan de los nervios, el sentir sus ejecuciones con gusto y cariño”.