De las Corresponsalías, 21 Ene (Notimex).- El embarazo en adolescentes se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública en México, por lo que autoridades del sector en diversos estados han puesto su atención y elaboran políticas para contrarrestar este fenómeno.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica 2014 (Enadid), elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país ocurren 77 nacimientos por cada mil adolescentes de 15 a 19 años de edad.
Esta cifra, indica el documento, refleja un incremento en la tasa con relación a la estimación de la encuesta de 2009, cuando ocurrieron 70 nacimientos en este mismo grupo.
En la encuesta también se revela que más de 308 mil (9.6 por ciento) de las adolescentes de 15 a 17 años han estado embarazadas alguna vez, y de ellas, 9.8 por ciento (30 mil) manifestaron que no utilizaron un método anticonceptivo en la primera relación sexual.
En los estados del país, autoridades locales han puesto mayor atención, pues cada vez son más las jóvenes que a temprana edad tienen un hijo.
Estados como Coahuila, Nayarit y Zacatecas han implementado programas y estrategias para generar conciencia en las mujeres sobre las consecuencias de un embarazo a temprana edad, aunque aún no ha sido posible disminuir las cifras de embarazos.
La falta de una educación sexual adecuada, a tiempo y proporcionada, principalmente por los padres de familia, propicia que niños y jóvenes crezcan sin bases sólidas que les permitan evitar diferentes tipos de abusos tanto físicos como sexuales, según especialistas.
También se ve como un grave problema por el impacto que genera en materia de salud pública, educación y economía, pues las jóvenes tienen que contar con la familia, y particularmente, con su pareja, aunque en algunos casos ellos se alejan por no cumplir con su responsabilidad.
Asimismo, la falta de oportunidades educativas y laborales ocasiona que las adolescentes, en algunas zonas del país, prefieran ser madres para por fin salir de casa, sin embargo, ello las hace asumir una responsabilidad y obligación mayor.
Expertos señalan como preocupante el número de mujeres adolescentes que resultan embarazadas, pues cambia su proyecto de vida y en muchos casos se ve truncado su proyecto de desarrollo personal deseable.
Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México registra el mayor número de embarazos entre adolescentes, ya que uno de cada cinco nacimientos es de una menor de 20 años, de acuerdo con el informe “¿Cómo va la vida? Medición del Bienestar”, publicado en 2015.
Asimismo, el embarazo de adolescentes en las zonas rurales e indígenas se ha incrementado en los estados y una de las causas se debe a los usos y costumbres, así como a la resistencia de utilizar un método anticonceptivo.
Autoridades indígenas impiden atender con programas a las jóvenes para educarlas en materia sexual, pues señalan que las mujeres, en general, están para atender a los hombres y cumplir con sus obligaciones, entre ellas cuidar a sus hijos.
En Guerrero, Chiapas y Oaxaca, estados con mayor presencia de comunidades indígenas, ha aumentado en los últimos años la tasa de natalidad en mujeres de entre 12 y 20 años, a pesar a los programas implementados para disminuir los nacimientos en este sector.
Sin embargo, a pesar de que las estrategias y planes de educación y orientación sexual hacia los jóvenes se han difundido por un mayor número de canales, aprovechando ahora el uso de las redes sociales, se siguen presentando, y en algunos casos, incrementado los embarazos.
El informe “Embarazo y maternidad en la adolescencia (2016)” de la asociación Save the Children expone que cerca del 40 por ciento de los embarazos entre adolescentes que pertenecen a un estrato socioeconómico bajo no son deseados, debido a factores como las relaciones y las condiciones de desigualdad social y económica.
Asimismo, el 33 por ciento de las mujeres de 20 a 24 años que fueron madres adolescentes se encuentran en el quintil más pobre; el 59 por ciento de las adolescentes con antecedentes de embarazo cursó sólo hasta nivel secundaria entre 2013 y 2014, de acuerdo con el reporte “Las niñas y las adolescentes en México frente a la violencia”, de la misma asociación.
Por otra parte, especialistas han advertido de los riesgos de embarazo en mujeres jóvenes, aún más en menores de 12 años, por la carga que implica y los cuidados que se deben tener.
Especialistas del Hospital General de Tijuana (HGT) señalaron que la gastrosquisis, un padecimiento congénito que afecta a los recién nacidos, es más frecuente en mujeres jóvenes entre los 14 y los 18 años de edad.
Asimismo, si han sido víctimas de alguna violación, el hecho puede traerles serios problemas psicológicos y de rechazo hacía el producto.
“Hay mujeres que no logran abortar, que tienen a sus hijos, pero que viven toda la vida rechazándolos porque les truncaron sus estudios, sus proyectos o porque les recuerda algún hecho de violencia física”, expresaron.
De acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres, el gobierno federal desarrolla la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes, con el objetivo de reducir el número de embarazos en jóvenes en México, con absoluto respeto a los derechos humanos, particularmente los derechos sexuales y reproductivos. Por Armando Jurado
Autoridades diseñan políticas públicas por embarazos adolescentes
21
de Enero
de
2017
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