A menos de 30 días para que inicie la veda electoral, el panorama político en Tequisquiapan revela una preocupante desafección ciudadana hacia las campañas en curso.
Un factor que ha contribuido significativamente a esta apatía es la figura de Norma Mejía Lira, candidata oficialista y hermana del actual alcalde, Toño Mejía Lira, quien busca sucederle en el cargo. Esta conexión familiar ha sido, sin duda, un punto de fricción y crítica constante, reflejando una vieja preocupación sobre el nepotismo en la política local.
Norma Mejía Lira, cobijada por el PRI y PAN, al parecer, ha optado por reuniones privadas para esquivar el descontento público, una táctica que, lejos de resolver el problema, lo subraya. Las críticas no se limitan a la relación familiar, sino que se extienden a los servicios públicos y la seguridad, áreas donde Tequisquiapan, a pesar de su encanto como "pueblo mágico", muestra deficiencias notables.
Los ciudadanos expresan su insatisfacción ante una gestión que parece más preocupada por mantener el estatus quo que por responder a las necesidades reales de la comunidad.
La seguridad es un tema particularmente álgido. La policía local, voces que rara vez dominan el discurso público, ha señalado la falta de recursos como una barrera significativa para desempeñar efectivamente su trabajo.
Los reclamos incluyen la insuficiencia de patrullas, uniformes adecuados, armamento y equipos básicos, sin mencionar la escasez de personal. Este escenario deja a los oficiales en una posición vulnerable, especialmente durante los fines de semana cuando los incidentes tienden a aumentar.
Esta situación plantea un desafío crítico para la candidata Mejía Lira y, por extensión, para la política en Tequisquiapan. No basta con cambiar las caras en los puestos de poder si las estructuras y las políticas subyacentes permanecen intactas.
La ciudadanía está cansada de promesas vacías y de una política que gira en torno a relaciones familiares en lugar de competencias y resultados concretos.
A medida que nos acercamos al día de votación, los ciudadanos de Tequisquiapan merecen más que una repetición de la política tradicional. Requieren candidatos que no sólo entiendan los problemas existentes, sino que estén dispuestos a abordarlos con soluciones innovadoras y efectivas.
La transparencia, la renovación de compromisos y la sinceridad son esenciales para revitalizar la confianza pública en sus líderes. Sin esto, la desafección solo crecerá, dejando a la comunidad en un ciclo perpetuo de insatisfacción y estancamiento.