Dos veces en mi larga vida de lucha social a favor de los derechos de las mujeres, en contra de la discriminación y contra la violencia extrema contra las mujeres y las niñas, me he cruzado con Andrés Manuel López Obrador, hoy presidente constitucional de nuestro país.
La primera fue cuando llegó a la Jefatura de Gobierno (2000-2005) de la hoy Ciudad de México. En ese tiempo y por única vez, trabajaba como Directora de Proyectos Sociales para las Mujeres y la Infancia de lo que hoy es la Dirección General de Igualdad y Diversidad Social, Dirección que se dedicaba a generar ciudadanía social para las mujeres y la infancia, desde donde habíamos generados resultados sobresalientes.
Sin embargo, un día después de haber asumido la Jefatura de Gobierno, se me informó que mi Dirección desaparecía y me quedaba desempleada. Busqué a Andrés y logré hablar con él. Le hice patente la importancia del trabajo que hicimos y le pedí que no me dejara sin trabajo.
Él me dijo que sí, pero no me dijo cuándo, así que me obligó a refugiarme en mi ONG “Defensoras Populares, A.C”., desde donde continué luchando por los derechos de las mujeres y las niñas y contra la violencia sexual.
En 2003 mi madre se puso muy enferma y finalmente murió en 2004, dejándome con grandes deudas, tantas que me vi obligada a hipotecar mi casa para salir adelante, sin embargo, se vino una inmensa crisis financiera y económica en nuestro país que me obligó a levantarme desde el piso, a la edad de 44 años, en absoluta pobreza.
Lo hice con convicción y con gran compromiso, y desde entonces no me acerqué más a AMLO y supe ganarme un lugar en la lucha contra la trata de personas, especialmente mujeres y niñas.
Fue desde 2003 que la Coalición contra el Tráfico de Mujeres Internacional (CATW), me pidió que me hiciera carago de la Dirección Regional para América Latina y el Caribe de la CATW, habiendo constituido legalmente la CATWLAC en México en 2004.
Desde entonces, hemos podido rescatar/localizar a un mil 789 víctimas mexicanas y extranjeras, la mayoría en México y algunas en otros países.
A Peña Nieto le debemos que México, que ya es parte de la OCDE, haya dejado de ser una prioridad entre los países para la cooperación internacional, así que con la medida que ha tomado López Obrador de cancelar todo financiamiento a las OSC, nos está condenando a convertirnos en despachos privados que sobrevivan y ofrezcan su experiencia por medio de cobros que por supuesto la población a la que atendemos, no podrá cubrir.
De entrada, desde finales del año pasado, empezamos a recortar servicios de nuestro sistema integral de asistencia a víctimas y sólo nos quedamos con la difusión de los casos de desaparición, la asesoría y representación legal y la atención psicológica.
Esta segunda vez, que se cruza en mi camino Andrés Manuel López Obrador, vuelvo a quedar en pobreza extrema, sin importar que nunca hemos cobrado, que aproximadamente 50 por ciento de los casos que atendemos sea de mujeres y niñas indígenas o en pobreza extrema, y que han sufrido por culpa de la delincuencia organizada.
Lo peor es que arrastrada por el optimismo y el enojo contra el régimen neoliberal, volví a votar por Andrés Manuel López Obrador, como lo hice en el 2000, a pesar de mi experiencia previa cuando voté por él para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México.
Hoy nos quiere borrar del mapa, desaparecer. Se inclina por medidas asistencialistas, como si la violencia y la delincuencia organizada fuera a disminuir o desaparecer por los tres mil seiscientos pesos mensuales para los jóvenes o los dos mil quinientos pesos bimestrales de ayuda a las y los adultos mayores, de los cuales hoy ya formo parte y que no he recibido, pero que ni siquiera me alcanzan para mis medicinas que tengo que tomar religiosamente para poder seguir funcionando.
Lo más difícil es devolver los 400 expedientes que atendemos a las víctimas directas o indirectas. Sobre todo cuando nos piden que no las abandonemos, pero es que litigar en todo el país cuesta mucho y en estos tres meses en que no hemos recibido recursos, han sido suficientes para acabar con la escasa cantidad de recursos personales que conformaban mi ahorro.
Este año cumplo 70 años, 50 años de estar en la lucha social de mi país a favor de las mujeres y las niñas, 25 años de haber fundado “Defensoras Populares, A.C” (DPAC) y 15 años de la constitución legal en México de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe, A.C. (CATWLAC).
No dudamos que existan algunas OSC que hayan estado involucradas en el lavado de dinero, o en usar a las víctimas para hacer negocios millonarios con el gobierno federal, nosotras NO, como muchas otras OSC que concursábamos cada año por re recursos del Fondo de Coinversión Social, y cuyos informes financieros eran analizados con lupa, tanto por el INDESOL, como por la propia Contaduría Mayor de Hacienda. Lo que otras no hacen, ya que ni siquiera están dadas de alta en el Registro Federal de OSC. A esas organizaciones que las investiguen y las castiguen.
Es muy preocupante que el presidente desconozca la Ley de Egresos 2019, aprobada por la Cámara de Diputados y que niegue apoyo a las OSC, a pesar de que en el propio Protocolo de Palermo contra la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños, en su Artículo 6, Inciso 3, claramente establece que:
…”3. Cada Estado Parte considerará la posibilidad de aplicar medidas destinadas a prever la recuperación física, sicológica y social de las víctimas de la trata de personas, incluso, cuando proceda, en cooperación con organizaciones no gubernamentales, otras organizaciones pertinentes y demás sectores de la sociedad civil, y en particular mediante el suministro de:
-Alojamiento adecuado;
-Asesoramiento e información, en particular con respecto a sus derechos jurídicos, en un idioma que las víctimas de la trata de personas puedan comprender;
-Asistencia médica, sicológica y material; y
-Oportunidades de empleo, educación y capacitación…”
Es por eso que hoy solicitamos el apoyo de todas las víctimas directas e indirectas y sobrevivientes para que nos apoyen y nos hagan llegar pequeños videos de 3 minutos donde expliquen en qué las ha ayudado la CATWLAC y la importancia que ha tenido nuestro apoyo en sus historias de vida.
Como medio de sobrevivencia, hemos tratado de ofrecer cursos de capacitación a las Fiscalías y otras entidades públicas, pero con el nuevo recorte presupuestal, nos han dicho que ya no podrán contratarnos. Y a mi edad, no será fácil para mí conseguir trabajo o un medio de sobrevivencia.
Es muy difícil para nosotras pedirles su apoyo, pero no nos queda más remedio. Tal vez nosotras entendimos mal lo que tanto ha repetido el presidente de nuestro país: “por el bien de todos, primero los pobres” y “no dejar a nadie atrás”.
Primeros 100 días del gobierno, suficientes para poner en jaque a la CATWLAC
03
de Abril
de
2019
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