Luis Hernández, comerciante de frutas y verduras en el mercado La Acocota en esta ciudad, lleva más de 20 años atendiendo su puesto donde de manera ordenada lucen las manzanas, guayabas, tejocotes y cañas, que “las marchantas” pueden adquirir para preparar el tradicional ponche.
En entrevista con Notimex, relató que desde noviembre se prepara económicamente para comprar su mercancía en la Central de Abasto, donde la fruta la compra por caja o arpilla para que le resulte mas barata y en consecuencia pueda dar un buen precio a sus clientas.
Como ejemplo citó que este año el kilo de caña de azúcar cuesta 14 pesos, la manzana amarilla 40.00 pesos el kilo, el tejocote 20 pesos el kilo o la bolsa a un costo de 10 pesos, la guayaba 15 pesos el kilo; mientras que los 100 gramos de canela tienen un precio de 50 pesos.
Sobre los pasillos del mercado municipal, ubicado sobre la 16 Norte, entre la 6 y 8 Oriente, los consumidores también pueden encontrar una variedad en dulces para hacer los aguinaldos o para rellenar las piñatas, estas últimas en diversas formas y colores, pero no puede faltar la de siete picos que representan los siete pecados capitales.
Mary Tere Leal, mujer de 54 años de edad, quien es expendedora de dulces, nuez, piñón, cacahuate, ciruela pasa y coquitos, comentó que año con año trata de mantener su puesto bien surtido para que los clientes que la visitan año con año siempre encuentren una novedad.
Señaló que, en esta ocasión decidió ofertar polvorón sevillano, una especie de mazapán hecho de nuez o almendra tostada con azúcar glass envuelto en un papel de china color blanco.
“Mi mayor venta son las frutas secas, pero luego vienen y preguntan por el polvorón sevillano que es muy típico en los poblanos, así que este año ya lo vendo a 100 pesos el kilo. También vendo el dulce garapiñado que antes nuestros abuelos incluían en los aguinaldos; la gente ya casi no compra porque prefieren el dulce envuelto”, relató.
Los visitantes a este mercado también pueden comprar los romeritos, chile chiplote para rellenarlos, mole, botellas de sidra, crema, jamaica, panela, pierna de cerdo y muchos ingredientes más para la cena de Navidad y/o Año Nuevo.
Para quienes no disfrutan mucho preparar los platillos de la temporada, también pueden apartar sus comidas con las cocineras que ofertan los romeritos con mole poblano, camarón y papas cambray; o los típicos chipotles rellenos de queso y capeados, las sopas secas como coditos con crema, o la ensalada de manzana.
Por la temporada, se han colocado en la periferia del mercado La Acocota, puestos con venta de lama para los nacimientos, coronas de naturaleza muerta, árboles traídos de viveros, así como las ramas secas de los árboles que pintados en blanco u otros colores son otra opción de un árbol de Navidad.
Pesebre, luces de bengala, silbatos, velitas, borregos de yeso, imágenes de María, José y el Niño Jesús, así como las casitas de los pastores y demás animalitos de granja, también se venden para que los poblanos formen sus nacimientos en casa, comercios o fuentes de trabajo.
De igual manera no pueden faltar las series de luz, esferas, moños de colores, estrellas de alambre, o figuras navideñas hechas de fieltro para adornar las puertas y ventanas durante esta época, considerada por muchos como la mejor temporada del año.
En la capital del estado, además del mercado La Acocota, los poblanos disfrutan hacer sus compras también en los mercados municipales Hidalgo, Morelos, Independencia y Venustiano Carranza. Los más atrevidos acuden a la Central de Abasto, y los menos intrépidos a los supermercados.