La procesión dio inicio en Avenida Juárez frente a la empresa Kimberly Clark, para tomar la calle de Hidalgo y llegar a la Parroquia principal, donde los trabajadores de la construcción y sus familias, escucharon con devoción la homilía.Los orígenes son religiosos, ya que la Cruz de madera antes de ser colocada en la obra en construcción debe ser bendecida en alguna Iglesia, por lo que muchos llevaron a cuestas su cruz de madera, decorada con flores.
Se dice que la tradicional Cruz debe ser construida por los desechos de madera de la obra en construcción, a efecto de que sea bendecida y que los trabajadores no sufran algún accidente.
Durante la peregrinación por las principales calles de la ciudad, los trabajadores de la construcción estuvieron acompañados de familiares, quienes elevaron plegarias religiosas para que la Santa Cruz cuide siempre a los encargados del sustento de las familias y que no les falte trabajo.
Para este sector de empleados esta celebración pretende que la población valore el trabajo que desempeñan, como uno de los oficios más dignos y emblemáticos de la sociedad, ya que este gremio construye las viviendas, edificios públicos y obras que detonan el crecimiento de las ciudades.
En muchas de las construcciones los patrones o ingenieros encargados de las obras, ofrecen a sus trabajadores una comida, por lo que este día es aprovechado para festejar en compañía de su familia.
Cabe señalar que este empleo requiere de mucha fuerza física, pues son el sector que construye las grandes infraestructuras que conforman una ciudad o un complejo habitacional, por ello en este día es necesario reconocer y valorar el esfuerzo que día a día tienen.
Pablo Pérez, albañil desde los 12 años de edad, manifestó que su comienzo fue como “macuarro”, es decir, ayudante de albañil, por lo que solo percibía lo esencial para comer, sin embargo a lo largo del tiempo la practica en la albañilería le han permitido escalar hasta obtener importantes recursos para su familia, ahora como colocador de azulejos.
Detalló que con su oficio logró que sus tres hijos concluyeran una carrera profesional, al afirmar que fueron el principal motor para levantarse diariamente a la chamba, a pesar del cansancio que sentía en todo su cuerpo.
“Yo me acuerdo que empecé ayudando, la necesidad me orillo a trabajar desde joven, este oficio le ha dado de comer a mi familia y a mis hijos, ellos si pudieron terminar la escuela, en ocasiones a mis dos hijos me los llevaba para que me ayudaran”, afirmó.
El caso de José Hernández López, trabajador de construcción desde hace 20 años y originario de la comunidad de El Rodeo, dijo que esta celebración se hace para que no les falte el trabajo durante todo el año.
Sin embargo reconoció que su labor no es bien remunerada por los patrones, al puntualizar que es una situación que se vive en todos lados.
“El dinero es a veces el suficiente para mantener la casa, pero pues no nos podemos quejar, porque gracias a Dios tenemos un empleo y un ingreso para darles de comer a nuestros hijos”, aseveró.