Notimex tuvo acceso a una de las notas de extorsión que fueron dejadas en las cantinas del centro de municipio, y en ella se especifica que se entregaron dos maletas con 100 dosis de marihuana y 100 de cocaína, con un valor de 28 mil pesos, y que acudirán por las ganancias dos veces por semana.
“Ya que si usted no obedece a estas condiciones se le dará un correctivo. Atte: El Sr Marro de Santa Rosa de Lima”, se lee en la nota escrita a mano en una hoja de libreta, que incluso contiene un número de teléfono para comunicarse.
Los propietarios de las cantinas declararon que por miedo a represalias optaron por cerrar sus negocios y tirar a la basura las maletas que recibieron; de igual forma solicitaron mantener anónima su identidad.
Contrario a lo que expuso el ayuntamiento en un comunicado, donde asegura que las extorsiones son falsas y que diferentes áreas mantienen constante relación con los establecimientos, los dueños de los negocios aseguraron que no hubo acercamiento por parte de la Dirección de Fiscalización del municipio.
En el mismo documento, el ayuntamiento a cargo del alcalde Luis Alberto Villarreal García aseguró que “la mayoría de ellos no abre de manera constante sus puertas al público”, no obstante, cuatro de las cinco cantinas que cerraron operaban toda la semana y en uno de los casos sólo cerraba los martes; todas abrían en horarios de 10:00 a 22:00 horas o de 14:00 a 24:00 horas.
Asimismo, la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac), delegación San Miguel de Allende, señaló “que no tiene hasta el momento noticia alguna de ninguno de sus agremiados en el cual se tenga amenaza de cobro de piso por parte de la delincuencia organizada”.
Locatarios aseguraron que no presentaron denuncias a la Fiscalía del Estado por el pánico a que fueran atacados, como ocurrió a comerciantes en el municipio de Celaya, donde los extorsionadores utilizaron el mismo modus operandi de dejar maletas y notas con amenazas.
En ese hecho, los comerciantes de Celaya se manifestaron la mañana del pasado lunes 5 de agosto en la presidencia municipal y por la tarde tres locales fueron baleados, lo que dejó cuatro muertos.
Por otra parte, comerciantes sanmiguelenses no quisieron externar la situación al ayuntamiento por desconfianza a que existiera complicidad con los grupos criminales, tal como ocurrió en el municipio de Valle de Santiago, donde un juez calificador filtró información a delincuentes, quienes asesinaron a cinco internos en los separos de la Dirección de Seguridad Pública, el pasado 2 de agosto.
En los últimos 10 meses, en San Miguel de Allende se vive una ola de violencia que ha dejado 70 muertos, entre ellos dos policías municipales y dos mujeres de 14 y 20 años.
La respuesta de las autoridades en distintos momentos es que se trata de un “ajuste de cuentas” o que los involucrados estaban “en pasos no muy buenos”.