Querétaro, 28 Septiembre.- Con base en el Estudio jurídico mundial sobre la regulación legal de las terapias de conversión, “Poniéndoles límite el engaño” se ha utilizado a las terapias de conversión como una expresión para modificar la orientación sexual e identidad de género de una persona.
“Hoy en día, la expresión "terapia de conversión" se ha convertido en la expresión paraguas más común para referirse a cualquier esfuerzo sostenido por modificar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de una persona” informó Lucas Ramón Mendos.
Este tipo de “terapias” fueron utilizadas durante el Siglo XX cuando la homosexualidad era considerada una patología, por lo que estas personas fueron atendidos desde el campo de la salud mental.
“Bajo ese paradigma, la heterosexualidad y la alineación del sexo asignado al nacer con la identidad de género se entendía como “la norma biológica” y cualquier forma de diversidad sexual fue caracterizada como una desviación, una perversión o una enfermedad mental que podía curarse, cambiarse o "convertirse" con un "tratamiento" específico” señaló.
Si bien, las terapias de conversión surgieron durante el Siglo XX, en la actualidad se siguen llevando a cabo, por lo que diferentes instancias han señalado que este tipo de acciones violentan los derechos humanos de los individuos.
Por ejemplo, Ramón Mendos informó que durante el 2017 en México, el Consejo Nacional para la Prevención de la Discriminación señaló que estas acciones violan los derechos al libre desarrollo de la personalidad, la salud, la integridad personal.
“Además de ser objetiva y potencialmente dañinos, de ignorar la diversidad sexual, estigmatizar la homosexualidad y contribuir a la persistencia de la homofobia. En 2018, varios organismos gubernamentales e instituciones públicas, así como organizaciones profesionales, se unieron al Consejo en una declaración similar” dijo.
Finalmente, en la Ciudad de México durante el 2015, el CONAPRED volvió a declarar que no existe una justificación para que los individuos cambien, por lo que esos mensajes promueven el prejuicio, el estigma, y la vulnerabilidad de las personas LGBTI.
“También indicó que ese mensaje de elección o “cambio basado en la voluntad” puede causar presiones de terceras personas que consideren inaceptable esa preferencia sexual” concluyó Ramón Mendos.