En un acto celebrado en el salón Virgen de Montserrat, el político independentista se limitó a prometer “cumplir las obligaciones del cargo de presidente de la Generalitat, con fidelidad al pueblo de Cataluña representado en el Parlamento”.
Torra, que fue investido el pasado lunes como presidente 131 de la Generalitat, asegura que su labor en la institución será avanzar en la secesión catalana en el punto en que la dejó Carles Puigdemont, al que considera su jefe a manera de presidente republicano.
En el lugar, solo había una bandera oficial de Cataluña, y no había la bandera española ni de la Unión Europea (UE), como tampoco la fotografía del rey o la Constitución, ni representación del gobierno español.
Para dar la imagen de presidente provisional (como se hizo llamar él en la sesión de investidura), Torra tampoco se colgó la medalla que simboliza la Presidencia de la Generalitat.
En el acto solo estuvieron los familiares de Torra, el presidente del parlamento catalán, Roger Torrent; el secretario del gobierno catalán, Víctor Cullel; y el mayor de los Mossos d`Esquadra (policía catalana), Ferrán López.
Fuentes del gobierno español expresaron su malestar por la forma cómo Torra prometió el cargo, y reconocieron que se quiere revisar si jurídicamente es válido hacerlo sin expresar lealtad constitucional.
Por su parte, el secretario general del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, informó que se va a presentar una iniciativa de ley que proteja la lealtad constitucional en este tipo de actos.