México, 21 Oct (Notimex).- La condena a prisión de nueve autonomistas el pasado 14 de octubre encendió los disturbios en Cataluña, a dos años del referendo y declaración de independencia, decretadas ilegales por el gobierno español, y tras más de tres siglos de que el rey Felipe V venció la resistencia de Barcelona.
El 11 de septiembre de 1714 es la fecha clave para los catalanes que buscan su independencia. En la Guerra de Sucesión (1701-1713), Barcelona se mantuvo fiel a Carlos II de Habsburgo, pero capituló ante las tropas borbónicas de Felipe de Anjou, lo cual llevó a la disolución de las instituciones catalanas.
En el siglo XX, después de un periodo democrático y la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), resurgió el independentismo en varios sectores catalanes.
Para algunos historiadores esa fue una de las causas de la Guerra Civil Española (1936-1939), cuyo término supuso la consagración de la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), sucedida a su vez por la monarquía constitucional parlamentaria actual.
De tal suerte, Cataluña y el País Vasco nunca fueron independientes en el sentido moderno, sino partes integrantes de monarquías compuestas. “No obstante, sí poseen rasgos históricamente distintivos”, señala el Real Instituto Elcano en su estudio El proceso independentista catalán: ¿cómo hemos llegado hasta aquí?, ¿cuál es su dimensión europea? ¿y qué puede ocurrir?
Después de la transición a la democracia a finales de los años 70, España se considera un sistema federal, integrado por 17 comunidades autónomas con amplios poderes. Aunque la constitución de 1978 establece que la soberanía reside en el conjunto del pueblo español, añade que las nacionalidades tienen derecho a la autonomía política.
Los factores que propiciaron la idea independentista catalana son múltiples. Cataluña tiene su identidad lingüística: el catalán, que ha prevalecido a través de los siglos, así como una cultura, economía e historia propias. Debido a ello, parte de su población no se identifica con España.
La idea secesionista se arraigó en la población rural, en las clases media y alta urbanas de Cataluña, que ha llegado a tener una prosperidad mayor a la del resto de España, pues representa cerca del 19 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, ligeramente con más peso que la capital Madrid.
Muchos catalanes tienen la percepción de que transfieren un exceso de su recaudación fiscal a otras entidades, más de lo que reciben, por lo que con la separación, consideran, les iría mejor económicamente.
Vuelve la idea separatista
El secesionismo resurgió de nuevo después del año 2008, cuando toda España se sumió en una crisis económica que impactó el bienestar de la clase media y deterioró la legitimidad del sistema político español, provocando grandes marchas de protesta y demandas.
En Cataluña, además, la idea independentista tomó nuevos bríos.
Una coalición con esa propuesta ganó las elecciones regionales de Cataluña en 2015, misma que el 1 de octubre de 2017 llevó a cabo el referendo separatista con el aval del entonces presidente catalán Carles Puigdemont, un proceso obstruido y calificado de ilegal por parte el gobierno español.
Días después del referendo, el 27 de octubre de 2017, el Parlamento catalán dio lectura a la declaración de independencia de Cataluña. El gobierno de España, encabezado por Mariano Rajoy, activó entonces el artículo 155 de la Constitución para remover a las autoridades comunitarias, asumir el control administrativo y convocar a elecciones para el 21 de diciembre de ese año.
Además, la Audiencia Nacional de España ordenó la detención de los líderes que encabezaron el referéndum autonomista y la declaración de independencia, un proceso judicial que se dilató hasta principios de 2019.
Sentencias reavivan protestas
El 14 de octubre pasado, el Tribunal Supremo español emitió la sentencia en el juicio del llamado´procés´. Nueve de 12 líderes independentistas fueron condenados a entre nueve y 13 años de prisión por los delitos de sedición y malversación de fondos, lo que generó que inconformes salieran a protestar a las calles del centro de Barcelona y de otras ciudades de Cataluña.
Luego del referéndum de 2017 se reportaron “episodios de violencia”, pero no hay pruebas suficientes para adjudicar la rebelión, pues la violencia tiene que ser “preordenada de forma directa, sin pasos intermedios”, a los fines que animan la acción de los rebeldes, corroboró el tribunal.
Entre los presos en la prisión de Lledoners, y como consecuencia del juicio iniciado en febrero pasado, fueron sentenciados el expresidente de la Generalitat Oriol Junqueras, a 13 años de prisión, y la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, a 11 años y seis meses.
Luego de la condena de los dirigentes independentistas de esa comunidad autónoma, la justicia española reactivó el 14 de octubre la orden europea de detención y entrega contra el expresidente de Cataluña Carles Puigdemont.
La defensa del expresidente catalán, quien se encuentra en Bruselas, Bélgica, consideró que en el juicio del “procés” se han vulnerado los derechos de defensa y si Puigdemont fuera trasladado a territorio español padecería la misma situación.
Los inconformes se dirigieron el 15 de octubre a la terminal aérea El Prat de Barcelona, donde elementos de la policía autonómica catalana, los Mossos d' Esquadra, les intentaron detener con instrumentos de defensa. El enfrentamiento provocó desde ese día la cancelación de decenas de vuelos.
El 18 de octubre, tras varias jornadas de disturbios que incluyeron una marcha en la que participaron más de 500 mil personas y una jornada de huelga general, en Barcelona reportaron 800 contenedores quemados, utilizados por los manifestantes para hacer barricadas, daños en 107 vehículos y múltiples afectaciones en ciudades como Tarragona, Girona y Lleida.
El domingo 20 de octubre, en el séptimo día de protestas, ya había 194 detenidos. De ellos, 70 estaban a disposición judicial y 18 en prisión. En tanto, según informó el Ministerio del Interior del gobierno en funciones, 288 agentes resultaron heridos.
La situación se mantiene en una crisis territorial a la que por ahora no se le ve salida. A corto plazo no se prevé una despolarización, mientras se acerca el segundo aniversario de la auto declaración de independencia de Cataluña, el 27 de octubre.
Cataluña, el desafío independentista de España
21
de Octubre
de
2019
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