Washington, 6 Nov (Notimex).- De todas las interacciones que el presidente Donald Trump sostendrá con líderes de Asia, durante su gira de 12 días por la región, ninguna es anticipada por el mandatario con más interés y expectativa que la que sostendrá con su homólogo de China, Xi Jinping.
China ha probado ser hasta ahora un elusivo socio en los esfuerzos de la administración Trump para lograr una presión efectiva sobre el régimen de Corea del Norte y ha resistido igualmente las demandas para modificar algunas de sus reglas comerciales y acomodar las exigencias estadunidenses.
En Beijing, Tump será recibido el miércoles con todos los honores de un jefe de gobierno por ser una visita de Estado, pero la sustancia estará en el resultado de las discusiones que ambos mandatarios celebren durante su estancia de dos días.
Con un intercambio que alcanzó los 568,600 millones de dólares en 2016, China es el mayor socio comercial de Estados Unidos y blanco frecuente de las críticas de Trump sobre lo que considera una desventajosa relación para su país a partir del déficit que registra, el mayor de todos.
El mandatario reafirmó ese sentimiento tras su arribo este domingo a Tokio, primera etapa de su viaje de 12 días por Asia, indicando que la revisión sobre sobre el intercambio comercial es necesaria a fin de tener un terreno de juego más balanceado.
“Creo que China nos está viendo muy fuertes y también bastante amistosos. Pero tenemos que hacer mejor las cosas en el comercio con China porque es una avenida en una sola dirección y ha sido por muchos años, y creo que lo haremos”, dijo el mandatario a reporteros a bordo del avión presidencial poco antes de tocar suelo nipón.
En 2016, el deficit del comercio de Estados Unidos con China alcanzó 347,000 millones de dólares, producto de las exportaciones chinas por 463,000 millones, contra las estadunidenses, que alcanzaron 116,000 millones de dólares.
El sábado en Honolulu, Hawai, Trump dijo que el énfasis de su viaje por la región será el comercio, después de lamentar que por 25 años Estados Unidos no ha sabido hacer bien las cosas.
“Vamos a estar discutiendo comercio recíproco, comercio justo, pero recíproco…nuestro enfoque va a ser obviamente Corea del Norte, pero un enorme enfoque será sobre comercio justo y eso es importante para mi”, dijo.
A diferencia del encuentro celebrado en abril pasado en su club de Mar-a-Lago en Florida, esta vez Trump se sentará a la mesa de negociaciones con un líder chino fortalecido después de que consolidó sus poderes en el pasado Congreso del Partido Comunista celebrado en octubre.
Unos días después de ese encuentro, Trump se dijo optimista de la ayuda efectiva que China podría brindar para que Corea del Norte abandone su programa nuclear, y se refirió a Xi como “una persona estupenda”, “un hombre muy especial”.
China como ningún otro país en la región puede ejercer presión real sobre Pyongyang gracias a su posición como el principal socio comercial, con algunos reportes indicando que es el mercado para 90 por ciento de las exportaciones del primero.
Aunque Corea del Norte ha resentido los efectos de las recientes sanciones que le fueron impuestas por el Consejo Permanente de la ONU en respuesta a sus persistentes pruebas con misiles balísticos, Pyongyang no parece determinado a ceder, como lo evidenció en su más reciente prueba de septiembre pasado.
La Casa Blanca ha reconocido el papel de China para elevar la presión internacional sobre los norcoreanos, pero ha insistido en que debe hacer, en particular, hacer valer esas sanciones o actuar de manera unilateral, algo que a decir de los expertos, se antoja difícil que Xi acceda.
El reto que Trump tendrá será como lograr avances aceptables en el frente comercial, y a la vez comprometer una ayuda efectiva de Xi para resolver en definitiva la crisis norcoreana, que hasta ahora han probado blancos elusivos de alcanzar con un complicado socio.
China será escala crítica para Trump en su viaje por Asia
06
de Noviembre
de
2017
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