Sentencian a 50 año de cárcel a sujeto que descuartizó a jovencita

Ciudad de México, 30 Mayo 17.- El sujeto que asesinó y descuartizó a una jovencita de 17 años en un departamento de la unidad Nonoalco Tlatelolco, en el mes de junio de 2013 y detenido por la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, en San Juan del Río, fue sentenciado a 50 años de cárcel.

Se trata de Javier Méndez Ovalle, de 20 años de edad, estudiante destacado en física y matemáticas, quien al momento de su detención se desempeñaba como mesero en el restaurante La Finca, en el centro de San Juan del Río.

Javier Méndez Ovalle, fue condenado por un Juez Penal del Reclusorio Norte al pago de 323 mil pesos por reparación del daño y 128 mil por daño moral a los padres de la jovencita que asesinó.

El homicida fue un alumno destacado del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos 9 del Instituto Politécnico Nacional (IPN).

Siempre dedicado a sus estudios como técnico en Programación, en septiembre de 2012 fue recibido y felicitado por el entonces secretario de Educación Pública, José Ángel Córdova Villalobos.

Ante las autoridades confesó las sospechas que siempre lo señalaron como el asesinó, dijo que la tarde del 27 de junio de 2013 mató a Sandra Camacho, una joven de 17 años a la que conoció por Facebook.

“Sandra aceptó ir a verlo porque le prometió ayudarla a trabajar como edecán. Pero finalmente no lo hizo, el joven la mató dentro de aquel departamento de la unidad Nonoalco Tlatelolco, en el que vivió durante años junto con su mamá, Virginia Ovalle Chiñas”.

Después de asesinarla decidió seccionar su cuerpo. La madrugada del día 30 comenzó a dejarlo en diferentes jardineras de la zona hasta que finalmente escapó.

“El rostro de la víctima presenta golpes así como moretones, el tronco presenta varios piquetes, los cortes que presenta son finos, el cuello presenta un surco…”, se leía en el informe policiaco del agente que encontró parte del cuerpo de Sandra, revela el expediente CUH-1/T3/1033/13-06.

Javier Méndez Ovalle, había pasado desapercibido ante las autoridades ya que después del crimen se refugió en San Juan del Río, donde pudo encontrar trabajo como mesero en un café restaurante denominado La Finca, haciéndose pasar como Carlos Medina Martínez, hasta que fue detenido por agentes de la Procuraduría.