San Juan del Río, 29 octubre 2024.- (depositphotos) El pan de muerto, un ícono de la festividad de Día de Muertos en México, se ha convertido en una tradición con identidad propia en San Juan del Río, Querétaro.
Panaderías locales, algunas con generaciones de historia, elaboran esta delicia cuyo sabor dulce y textura esponjosa representan un lazo entre los vivos y los difuntos.
La preparación de este pan, con ingredientes como la mantequilla, el azúcar y el azahar, cobra un sentido especial en las familias del municipio, donde los habitantes no solo disfrutan de su sabor, sino que también lo consideran un acto de respeto y comunión con sus seres queridos fallecidos.
La magia del sabor en cada mordida
En San Juan del Río, cada panadería aporta su propio toque a la receta. Desde las tradicionales formas con huesitos que representan el ciclo de la vida y la muerte, hasta versiones innovadoras rellenas de crema, cajeta o chocolate, el pan de muerto aquí no solo es un alimento, sino un símbolo de creatividad y respeto.
“El pan de muerto tiene que llevar ese toque especial, es como si llevara un pedazo de historia en cada pan”, comenta una de las empleadas de la panadería en La Comer.
La receta, aunque sencilla en apariencia, requiere técnica y paciencia. Los ingredientes son pocos, pero el proceso implica cuidado en cada paso: desde el amasado que requiere el punto perfecto, hasta la decoración con azúcar espolvoreada y la cocción en horno a la temperatura justa.
Para muchos panaderos locales, el pan de muerto es una de las preparaciones que más respeto y dedicación demanda. “Se necesita algo más que ingredientes, es cuestión de dedicarle cariño, porque sabemos que será llevado a los altares”, explica otro encargado de una panadería en el centro de la Ciudad.
La tradición en los altares de San Juan del Río
Los altares de Día de Muertos en San Juan del Río no están completos sin este pan. Las familias lo colocan junto a velas, fotografías y flores de cempasúchil, convirtiéndolo en una ofrenda significativa para recordar a sus seres que ya han partido.
La festividad es motivo de reunión y de charla; los habitantes visitan los mercados y panaderías locales buscando el mejor pan de muerto para honrar a sus difuntos. Este pan es la ofrenda principal, pues se cree que los seres queridos vienen a probar los alimentos y percibir los aromas que solían disfrutar en vida.
“Aquí en San Juan es común que cada familia tenga su panadería favorita. Hay quienes vienen desde otras comunidades cercanas solo para llevarse el pan que saben que sus seres queridos disfrutarían,” cuenta una compradora asidua de la panadería El Hornito ubicada en la calle Hidalgo de San Juan del Río.
Una tradición viva y en evolución
En los últimos años, el pan de muerto en San Juan del Río ha evolucionado con nuevas presentaciones y sabores. Algunas panaderías han comenzado a ofrecerlo relleno de ingredientes como la cajeta, de chocolate que ya es tradicional en Querétaro, o el dulce de leche, incorporando innovaciones que atraen a las nuevas generaciones sin perder el toque tradicional.
La variedad es ahora parte de la oferta, permitiendo que los más jóvenes también se conecten con la tradición y disfruten de esta delicia en nuevas versiones.
Además, eventos como ferias y concursos de pan de muerto, altares en las escuelas y los organizados por el municipio, han creado espacios donde los panaderos muestran sus creaciones.
Pan de Muerto: Un símbolo de la identidad
Para los sanjuanenses, el pan de muerto es más que una tradición, es una forma de recordar y mantener viva la memoria de sus seres queridos, así como de preservar una de las expresiones culturales más importantes del país.
Cada octubre y noviembre, el municipio se llena de aromas y sabores que invitan a todos a celebrar la vida y la muerte en un mismo espacio, con un pan que nos recuerda la brevedad de la vida y la importancia de honrar a quienes nos precedieron.