Las proyecciones realizadas por diferentes instituciones de investigación para la salud alrededor del mundo, proyectan un contagio de entre 40% y 70% de la población mundial total a finales del 2020.
La histeria social se ha propagado rápidamente, las personas han hecho compras de pánico que a la fecha continúan y probablemente así seguirá siendo, lo que provocará un desabastecimiento en la población y que después puede revertirse de forma catastrófica, puesto que llegado el momento en que los víveres adquiridos en éstas compras de pánico se terminen, las personas tendrán la necesidad de volver a salir, siendo los espacios como supermercados un nuevo foco de infección.
La histeria mal fundamentada olvida que del total de infectados; un 80% se verá con síntomas que no requieran mas que atención médica y aislamiento durante el tiempo necesario.
Otro 15% será hospitalizado debido a complicaciones o sistemas inmunes deficientes por enfermedades crónico-degenerativas, aunque esto tampoco es regla, mientras que sólo entre el 2% y 5% podrían fallecer.
Para abarcar ésta última cifra los hospitales primero tendrían que colapsar, lo cual podría ocurrir si el número de personas contagiadas aumentan drásticamente y no de manera paulatina.
Lo primordial en casos como éste será tomar las precauciones pertinentes y evitar el contacto, puesto que, aunque no se presenten los síntomas expuestos por la OMS (Organización Mundial de la Salud) se puede ser portador, recordando finalmente que éste se transmite a través de la saliva y secreciones.
De presentar algún síntoma llamar a los números de atención y permanecer en aislamiento para evitar el contagio a más personas.