Las negociaciones del gobierno con el ELN iniciaron de forma oficial en febrero de 2017 en Quito, Ecuador, en donde se avanzó en cuatro ciclos, pero cuando se iba iniciar la quinta ronda el pasado 9 de enero, el grupo insurgente lanzó una ofensiva militar contra la infraestructura energética, a estaciones de policía y emboscadas a patrullas militares.
Estas acciones guerrilleras llevaron al presidente Santos a suspender el inicio del quinto ciclo de diálogos con el ELN, y advirtió que el grupo guerrillero tiene que hacer gestos reales de querer negociar la paz y suspender sus acciones que afectan a la población civil.
“Reconocemos los recientes gestos de distintos actores de la vida nacional con la intención de reactivar la mesa de diálogos en Quito y superar así esta etapa, marcada por acciones armadas que debilitan el camino de la solución negociada”, señaló la carta enviada al mandatario.
Los grupos sociales mencionaron que son conscientes de que "es necesario un esfuerzo más sostenido en el tiempo para que tales gestos permitan avanzar de una manera sólida”.
“Pero los espacios para la negociación se han ido cerrando y es vital aprovechar los tiempos. El país urge un cese al fuego más prolongado que permita salvar vidas humanas. La sociedad, especialmente en las regiones de confrontación armada, eleva un nuevo clamor ante el recrudecimiento de la guerra", indicaron.
"Por eso, pedimos a las partes el cese total de las acciones armadas y llamamos a la protección del liderazgo social, duramente golpeado”, enfatizaron.
Consideraron que “el cese al fuego unilateral que ha anunciado el ELN en el marco de las elecciones a Congreso es una oportunidad adecuada para reanudar formalmente los diálogos de paz con esa organización”.
“Obviamente la reapertura de las negociaciones no puede llevarse a cabo sin un claro acuerdo entre las partes de garantizar un proceso de elecciones en total tranquilidad. A pesar de las adversidades, creemos que el país lo merece y usted lo quiere. Cuenta para tal empresa con nuestro apoyo”, expresaron.
Entre las organizaciones que firmaron la carta figuran gremios de los campesinos, indígenas, de mujeres, centrales obreras, defensores de los derechos humanos, centros de estudios e investigación, asociaciones de estudiantes de secundaria y universitarios.