México: Primer lugar en embarazo infantil, según la OCDE

30 de Septiembre de 2019
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México, septiembre (SEMlac).- El embarazo en adolescentes en México tiene el primer lugar mundial, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Cada año ocurren 366.000 nacimientos en mujeres menores de 19 años; además de impactar la vida y desarrollo de las madres menores, en comparación con las madres entre 24 y 25 años.

El pasado 26 de septiembre fue un día para reflexionar sobre los efectos que en las jóvenes tiene una maternidad anticipada. Este año se lanzó en el centro del país una campaña por el Grupo Unido de Madres Solteras, Asociación Civil, de Querétaro, preocupadas por crear conciencia para prevenir los embarazos de las adolescentes, quienes deben buscar su desarrollo y "no comprar pañales".

Del embarazo temprano al aborto clandestino
En 2014, el gobierno mexicano lanzó la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), que coordina el Instituto Nacional de Salud Pública y en la cual deben participar al menos 11 instituciones. Sin embargo, no existe una evaluación de resultados.

Hoy, a través del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), fueron canalizados 300 millones de pesos (15.229.308,38 dólares) para fortalecer la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (ENAPEA), recursos que antes eran para fortalecer a las organizaciones feministas. Como se recordará, se dio una batalla, incluso en tribunales, para que esos recursos no se sustrajeran de la sociedad civil; sin embargo, la decisión fue tomada y hoy son para la prevención de los embarazos en menores.

El 31 de mayo último, la Cámara de Diputados instó al Gobierno Federal a fortalecer acciones que disminuyan realmente los embarazos en menores y pidió encausar un programa transversal, tal como lo planteó en 2014 la ENAPEA. No obstante, esta demanda no está reflejada en el presupuesto de 2020.

26 de septiembre
El 26 de septiembre de 2003 se instauró el Día de la Prevención del Embarazo No Planificado en Adolescentes (DPEA) en Uruguay, y en 2007 se impulsó la iniciativa a nivel global, con la celebración del World Contraception Day (WCD).

En México, la iniciativa para la instauración de este día se aprobó por la Cámara de Diputados el 8 de diciembre de 2011.

La campaña global es dirigida por una coalición de organizaciones no gubernamentales, incluyendo Marie Stopes International (MSI), European Society of Contraception (ESC), Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM), Asian Pacific Council on Contraception (APCOC) y la Federación Internacional de Ginecología Infanto Juvenil (FIGIJ), todos apoyados por la trasnacional d medicamentos Bayer Schering Pharma.

El Día Mundial de Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes implica acciones de prevención y educación que ahora están en la responsabilidad de los institutos o secretarías de la mujer en los estados de la República, a donde fueron a parar 300 millones de pesos que eran para las organizaciones feministas, se enfoca en educar a las y los jóvenes acerca de las opciones de anticonceptivas para permitirles tomar decisiones libres, responsables e informadas sobre cuándo y cuántos hijos tener.

Situación nacional
De acuerdo con datos oficiales, en 2018 la tasa fue de 77 adolescentes embarazadas por cada 1.000 jóvenes de 15 a 19 años, y la edad de inicio de las relaciones sexuales, en el 23 por ciento de este segmento, fue entre los 12 y 17 años.
Según cifras oficiales en México ocurren al año 366.000 nacimientos en mujeres menores de 19 años y 15 por ciento de los hombres. 33 por ciento de las mujeres no utilizaron métodos anticonceptivos en su primera relación sexual.

Las y los diputados exigieron una actitud del Estado mexicano, puesto que debe tomar en cuenta variables de riesgo de tipo individual, social y familiar involucradas en este problema y provenientes de una diversidad socioeconómica.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), 16 millones de mujeres entre 15 y 19 años, y aproximadamente un millón de niñas menores de 15 dan a luz cada año. En este escenario, México tiene el primer lugar a nivel mundial entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Asimismo, tres millones de adolescentes entre 15 y 19 años se practican abortos inseguros o clandestinos en el mundo para interrumpir un embarazo no deseado, acción que pone en riesgo su salud. En el país, durante los últimos 15 años, la fecundidad y la proporción de nacimientos entre adolescentes se han mantenido en niveles altos y prácticamente sin cambios.
Más de la mitad de estos embarazos no son planeados y se reportan 77 nacimientos por cada 1.000 jóvenes entre 15 y 19 años de edad. Los embarazos conocidos como muy tempranos, es decir, en el grupo de edad de 10 a 14 años, también van en aumento, con casi 27 por ciento de todos los nacimientos, bajo la sospecha de que esas niñas madres fueron violadas sexualmente.

Además, la necesidad insatisfecha de anticonceptivos entre mujeres adolescentes en 2018 fue de 24,8 por ciento. Es el grupo más alto del país, aún por encima de las mujeres hablantes de lengua indígena, cuya cifra es de 21,7 por ciento.

El embarazo adolescente pone en riesgo la salud de la madre y del recién nacido. Cuanto más joven sea la madre, mayor el riesgo para el bebé. A nivel global, las complicaciones durante el embarazo y el parto son la segunda causa de muerte entre adolescentes de 15 a 19 años.

De la intervención y solicitud de las y los diputados, no hay información disponible. Solicitaron al Gobierno de la República a fortalecer las acciones de prevención del embarazo adolescente y la mortalidad materna, problemas globales relacionados con la desigualdad entre hombres y mujeres.

Se pidió actuar a todas las entidades y dependencias de la administración pública. El exhorto de la Cámara lo hizo la diputada Marcela Torres Peimbert, del Partido Acción Nacional, el 14 de febrero de 2019.

Se llama al Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Gipea) para que actúe en favor de reducir la cifra de embarazos en adolescentes; con pleno respeto a sus derechos humanos y particularmente a sus derechos sexuales y reproductivos.

Se señala responsabilidades a la Secretaría del Bienestar, solicitando directamente mayores recursos para el fomento de las actividades de las organizaciones de la sociedad civil, cuyo objeto social sea la prevención y atención del embarazo adolescente, asunto prohibido por la presidencia de la República.

La Cámara reconoce que es primordial atender no solo el problema de embarazo adolescente a partir de un programa, -como era una estrategia--, sino a través de acciones específicas constantes y concretas que permitan reducir el índice de embarazos en niñas y adolescentes y, por consecuencia, en la mortalidad materna. De ahí que la diputada panista pidió a la Administración Pública actuar con una visión transversal de tareas que permitan cumplir con este objetivo, sin importar el momento político-administrativo en que se encuentre el país.

La legislatura destacó el dato: 77 adolescentes por cada 1,000 mujeres embarazadas, lo que es muy alto, especialmente dice "entre la clase más desfavorecida", es decir no considera el dato global, porque sólo son 15 adolescentes por cada 1.000 mujeres embarazadas en la clase más alta.

Sobre la prevención del embarazo infantil y juvenil, el Comité para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés), en las recomendaciones del 92 Informe sustentado por México como país miembro, resalta la urgencia de garantizar los derechos de poblaciones en situación de riesgo, con mayores acciones afirmativas que permitan garantizar su inclusión en el bienestar colectivo. En riesgo todas y todos los jóvenes, no solo los más pobres, a quienes urge dar educación sexual y no solo becas.

La problemática personal, familiar y social que representa el embarazo adolescente ha dado lugar a políticas públicas que atienden de manera interinstitucional los diferentes ámbitos de intervención: educativo, jurídico, laboral, de salud, entre otros.

El respeto y ejercicio de los derechos humanos, dicen las y los diputados, nos compromete como país a realizar todos los esfuerzos posibles para asegurar la educación sexual y salud reproductiva. En este sentido, es importante la continuidad de las acciones a través de un programa de trabajo para la administración 2018-2024, cuyas líneas y metas logren los objetivos propuestos.

La meta establecida para 2030 es erradicar los nacimientos en niñas de 10 a 14 años y reducir en 50 por ciento la tasa específica de fecundidad de las adolescentes de 15 a 19 años.

La diputación destaca que el embarazo adolescente en México es un problema alimentado por la inequidad t considera que este país tiene la mayor tasa de natalidad en mujeres adolescentes de todos los países miembros de la OCDE: 62 embarazos por cada 1.000 son de niñas y adolescentes. Pese a que entre los años 2000 y 2006 se logró una reducción de más de ocho por ciento, entre 2007 y 2012 el incremento llegó casi a 15 por ciento.

También señala que el embarazo adolescente es la causa principal de mortalidad en niñas entre los 15 y 19 años en el mundo, 90 por ciento de las muertes ocurren en países en vías de desarrollo, como México y el resto de Latinoamérica, y la mayoría de estas son prevenibles. Pero la preocupación por esta problemática parte también de las tasas elevadas de abortos clandestinos y de la falta de conocimiento para buscar apoyo e iniciar control prenatal.

No obstante esta información, hasta ahora las dependencias del gobierno federal simplemente no han respondido al exhorto, que tomó en cuenta la gravedad de este problema, que afecta a todas las adolescentes, de todas las clases sociales.

Contexto adicional
El Día de la Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes está registrado en calendarios oficiales de diferentes países latinoamericanos; en México, la iniciativa para la instauración de este día como fecha nacional se aprobó por la Cámara de Diputados el 8 de diciembre de 2011.

Para dicha conmemoración, el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM), la Secretaría de Salud (SSA), la Oficina en México del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), y la Secretaría General del Consejo Nacional de Población (CONAPO), entre otros organismos públicos y privados, desde entonces hacen actividades de información y promoción.

En 2013, la población adolescente (hombres y mujeres entre 15 y 19 años) representa el 9,4 por ciento de la población total de México, de los cuales, el 49.7 por ciento son mujeres y el 50,3 hombres. La población femenina en edad reproductiva (15 a 49 años) asciende a 32.7 millones y las adolescentes tienen un peso relativo de 16,9 por ciento.

La salud de la población adolescente es un factor clave para el progreso social, económico y político del país, aunque con frecuencia sus necesidades no figuran entre las prioritarias o urgentes pues se trata de un segmento relativamente sano cuyos problemas de salud están asociados con la búsqueda de nuevas experiencias que a veces involucran conductas de riesgo, es por ello que sus problemas de salud están vinculados frecuentemente con accidentes o lesiones, uso de estupefacientes, Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH/sida), entre otros.

La salud reproductiva de las y los adolescentes se destaca hoy en día como un tema de atención prioritario ya que, a pesar de que a nivel nacional hubo un descenso de la fecundidad de 2,6 hijos por mujer en 2000 a 2,2 en 2013, que representa una disminución del 16,2 por ciento; en el grupo de las adolescentes, la fecundidad disminuyó solamente 7,6 puntos porcentuales en el mismo período.

En consecuencia, los alumbramientos de madres adolescentes representan una proporción creciente si se considera que en el 2000 los nacimientos correspondientes a mujeres entre 15 y 19 años representaban el 15,7 por ciento y en 2013 esta proporción ascendió a 16,3. Hoy no se sabe.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012 (ENSANUT) refiere que 28,7 por ciento de las adolescentes manifestó haber iniciado su vida sexual y 71,4 no haber experimentado relación sexual alguna. Para el siguiente grupo de edad (20 a 24 años), la encuesta registra que el 49,8 por ciento de mujeres son sexualmente activas. La edad mediana en la que tuvieron su primera relación sexual fue a los 18 años.

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