Chihuahua (México), 25 feb (EFE).- A los 39 años, recién cumplidos el 20 de enero, el mexicano Horacio Nava confía en ser protagonista en la prueba de marcha de 50 kilómetros de los Juegos Olímpicos de Tokio.
Y mientras experimentados deportistas han elegido para el adiós a la capital japonesa el marchista, que sigue compitiendo a pesar de pasar por una delicada cirugía de corazón, admite que puede tener gas para ir más allá.
"Estoy enfocado en los Olímpicos como si fueran el final. Pondré toda la carne al asador, pero hay velas prendidas y pasando Tokio, o si no se celebra, habrá un análisis con mi familia y mi equipo técnico para analizar si sigo activo", dijo a Efe.
Nava permanece concentrado por estos días en un campamento en la Sierra Tarahumara, elegida para cumplir la parte final de su preparación, que en los momentos de más volumen incluyó unos 225 kilómetros a la semana.
El marchista mexicano es uno de los deportistas latinoamericanos que como consecuencia de la pandemia extendieron la fecha de su adiós a la actividad, con el deseo de retirarse en el certamen ideal: unos Juegos Olímpicos.
El subcampeón de la Copa Mundial del 2014 y cuatro veces medallista de los Juegos Panamericanos, cree que no todo ha sido malo por el parón obligado en 2020 por la covid-19.
A él le permitió recuperarse luego de tres competencias un año antes, entre ellas los Juegos Panamericanos de Lima, en los que ganó la medalla de plata.
"Estoy viviendo algo parecido a 2014, cuando hice la mejor marca de mi vida (3h42:51). Dos años antes me lesioné en los Olímpicos de Londres y el 2013 fue de poca carga. Hace dos años hice tres competencias de 50 kilómetros, pero en 2020 estuve inactivo y ahora me siento renovado", observó.
Nava, nacido en Chihuahua, compite hace más de una década con el corazón operado. Desde entonces ha logrado sus mejores resultados.
Con su preparación en la Sierra Tarahumara espera llegar a punto para los últimos compromisos de puesta a punto.
"La idea es competir el 20 de marzo en la reunión de Dudince en Eslovaquia. Si las condiciones están bien podría buscar un tiempo por debajo de 3 horas y 45 minutos a partir de lo cual estaría para grandes en cosas en Tokio, tal vez para mejorar mi sexto lugar en Pekín 2008", declaró.
Nava cree que como consecuencia de la pandemia el mapa mundial de la caminata de 50 kilómetros puede verse alterado porque varios de los mejores del mundo no compitieron en casi dos años, lo cual creará las condiciones para que más figuras tengan posibilidades de involucrarse en la lucha por las medallas.
"Como el maratón, la marcha de 50 es una prueba muy mental. Se necesita colmillo y años de practica. No descarto mejorar mi registro personal de 3 horas, 42 minutos y 51 segundos. Dudice, suele tener condiciones ideales, muchos atletas de calidad van a estar y la prueba será competitiva", agregó.
Además de Nava, otros deportistas mexicanos planean su jubilación después de los Juegos Olímpicos.
La triple medallista olímpica y mundial de taekwondo María Espinoza había anunciado su retiro en 2020, pero mantiene posibilidades de ganarse el lugar en el equipo olímpico y trabaja en esa dirección.
La saltadora Paola Espinosa, medallista de bronce en Pekín 2008 y de plata en Londres 2012, buscará una medalla en Tokio en la prueba de trampolín por parejas.
México aspira a ganar unas cinco medallas en Tokio y las mayores posibilidades de triunfo provienen del taekwondo, los saltos, el tiro, el béisbol y el fútbol. En este último caso si la selección obtiene el cupo el próximo mes en el torneo Preolímpico que se disputará en Guadalajara.