“Las emociones son energía que se transforma en sobrepeso, indigestión, un sistema inmunológico débil, o cualquier otra enfermedad o síntoma”, aseguró la nutrióloga de la SSJ, Sigrid Pimentel Martín.
La experta señaló que cuando se aprende a identificar las emociones negativas y a tratarlas, esto repercutirá no sólo en una mejoría anímica, sino que también se podrá mejorar la relación entre los alimentos y el cuidado del peso.
Refirió que expertos en el estudio del comportamiento humano consideran que las causas de obesidad y sobrepeso podrían estar directamente relacionadas con dificultades afectivas.
Añadió que la mayoría de los psicólogos considera que estas condiciones reflejan una canalización de emociones negativas a través de la comida y, con ellas, el individuo genera una protección inconsciente del mundo a través de la grasa que rodea su cuerpo.
“Recurrir a la comida para evadir emociones negativas es común, sin embargo, esto no elimina aquello que en el fondo abruma a las personas, por tanto, es importante que justo al momento de descubrirnos comiendo sin hambre, nos preguntemos: ¿qué emoción me lleva a hacerlo”, agregó Pimentel Mar
tín.
Para quienes intentan perder peso, recomendó que el objetivo consista en modificar los hábitos alimenticios, en vez de reducir kilos; también fragmentar esta gran meta en varias pequeñas, menos exigentes y más realistas; y comprobar lo que se ha conseguido con regularidad para ir constatando avances.
Acudir a orientación a fin de saber cómo actuar para sentirte optimista o superar los momentos de tristeza.
“Aunque se sabe que el consumo de azúcares o carbohidratos se asocia al aumento de la liberación de serotonina (neurotransmisor relacionado con el buen estado de ánimo), puedes obtener este beneficio practicando ejercicio o alguna actividad deportiva que te resulte placentera”, afirmó.
Agregó que comer rápido aumenta el riesgo de sobrepeso, así que se debe procurar tomarse el tiempo necesario y buscar rodearse de ambientes tranquilos, sin distracciones (como la televisión) ni elementos que puedan despertar preocupaciones o ansiedad.
Consideró que algo muy importante es no saltarse las comidas y elegir alimentos que necesiten más tiempo de masticación, como ensaladas y verduras, ya que de alguna forma esto “obliga” a comer lentamente.
La nutrióloga puntualizó que otro aspecto fundamental es externar los sentimientos y preocupaciones a fin de evitar atracones de comida por estrés, ansiedad, ira y depresión.