Señaló que todo sistema puede ser perfectible; sin embargo, a cuatro años de que se puso en marcha el nuevo sistema de justicia penal en este municipio, las autoridades en lugar de reconocer las áreas de oportunidad, tratan de convencer a la sociedad de que la mediación es la única opción.
“El problema que tuvimos nosotros es que San Juan del Río fue piloto y prácticamente nos utilizaron como conejillos de indias. Una de las ventajas que tenía el sistema pasado es que, desde el primer momento se aplicaba la prisión preventiva, a lo mejor salían, pero mínimo estaban 6 meses guardados sin causarle daño a la sociedad”.
Dijo que ahora, aunque los acuerdos conciliatorios son rápidos, advirtió que el riesgo está en que, a las pocas horas, el presunto delincuente ya está en la calle y no necesariamente se queda en un mismo lugar, sino que procura la movilidad para no ser detenido de nueva cuenta.
“Yo preguntaría ¿la víctima se queda satisfecha?, no tanto si existe o sobre el daño patrimonial que se le ocasiona. Sobre todo es la intranquilidad que tiene el afectado por el hecho de saber que quien le causó un daño está en la calle”.
Consideró que dentro del nuevo sistema de justicia penal, debe hacerse una revisión para que temas como secuestro, violación y homicidio, se aborden con mayores medidas cautelares.
Explicó que, independientemente de la mediación, los homicidas ameritan un castigo más severo, pues una vida humana no puede tasarse económicamente según las agravantes.
En lo que ve a la población de reclusos en los CERESOS, dijo que la tendencia es una evidente disminución, por lo que generó la siguiente pregunta “¿A dónde se fueron todos esos presuntos delincuentes?”.