Bruselas, 27 Jun (Notimex).- A menos de dos meses de su llegada a Bélgica, los fidget spinner, una especie de juguete que se hace girar sobre los dedos, ya se ha convertido en un éxito de ventas en el país gracias a su bajo precio y tamaño compacto.
"Nos hemos fijado en ese objeto en (el canal de videos en internet) Youtube y sentimos que era algo a seguir, una tendencia", explica Geert Gillis, director de ventas de Dreamland, una de las mayores redes de tiendas de juguetes en Bélgica.
El grupo encargó, inicialmente, 300 piezas para cada una de sus 43 tiendas esparcidas en este país de poco más de 11 millones de habitantes.
Todo se ha ido en un día. Cuando se ve que las ventas van así de rápido hay que estar alerta y encargar que se aumenten los envíos. Nunca se sabe con certeza cuanto tiempo una tendencia va a durar, ni que volumen de venta se va a generar. Hay que ser rápidos y aprovechar la ola mientras pasa, señala.
Desde la primera semana de mayo, cuando el juguete llegó a las estanterías, Dreamland ha vendido más de 90 mil piezas.
La burbuja llegó al colmo al final de mayo, con una venta de 20 mil spinners en una única semana. Luego disminuyó un poco. Pero prevemos que las ventas seguiran por buen camino hasta el final de julio, afirmó a Notimex la responsable de prensa de Dreamland, Silja Decock.
La red de tiendas Traffic, especializada en ropa y artículos del hogar, también apostó por la novedad, impulsada por sus clientes, y ha experimentado la misma evolución.
Ya no es como en la primera semana, cuando recibíamos varias llamadas al día pidiendo por el spinner. Ahora ya todos tienen el suyo. Pero las ventas continúan, dijo la responsable de la red que, sin embargo, no hace públicas las cifras de venta.
En Bélgica el spinner se encuentra en todo el comercio, desde supermercados a quioscos de prensa y tabaco, con precios que varían de 1.99 hasta 15 euros.
Es lo que hace que se venda tanto. Como no cuesta mucho, los padres no ponen tanta resistencia. Y, como es pequeño y chato, los niños se lo pueden llevar por todos lados, analiza Gillis, de Dreamland.
Es algo que les va a entretener por horas, sea en el patio del colegio, en el restaurante, en una fiesta de familia, en los atascos, añade.
Además, las muchas variaciones del juguete impulsan a los jóvenes a coleccionarlo: con luces LED, fosforescentes, de cuatro o cinco puntas, en plástico o en metal.
Me gusta tener muchos para poder elegir. Este brilla en la oscuridad. Este otro es mejor para hacer maniobras, dice Emile Spas, de seis años de edad, mientras enseña su colección.
Él y su hermana Lola, ocho años, tienen seis spinners cada uno.
A mi también me gusta. El movimiento es cautivador y hace trabajar la destreza, opina su padre, Sebastien Spas.
Emile y Lola cuentan que todos sus amigos en la escuela tienen el juguete, que se ha convertido en el regalo preferido en las fiestas de cumpleaños, remplazando los artículos de la serie Pokemón.
Aún así, la directora del establecimiento, Fabienne Graziaux, afirma a Notimex que hasta el momento no ha recibido quejas de los profesores, por lo que no ha sido necesario prohibir el uso de los spinner entre los alumnos, como se ha observado en algunos países.
Para Dreamland, la fiebre del spinner indica, en realidad, el surgimiento de una nueva tendencia, la de juguetes compactos para ocupar las manos.
Siguiendo esa teoría, el grupo ha apostado ya en un sucesor para los fidget spinner: el fidget cube, un cubo que cabe en la palma de la mano y presenta en cada lado una actividad para explorar con los dedos, al precio de 12.99 euros.
Fidget spinners han conquistado Bélgica en dos meses
27
de Junio
de
2017
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