"La pandemia de COVID-19 está afectando a los sistemas alimentarios y a todas las dimensiones de la seguridad alimentaria en el mundo. Ningún país es inmune; por eso, tenemos que promover la producción y disponibilidad de alimentos diversificados, inocuos y nutritivos para todos", indicó.
"Los pobres y los vulnerables serán los más afectados, y los gobiernos deberían reforzar los mecanismos de seguridad social para garantizar su acceso a los alimentos", puntualizó.
Aseguró que los mercados mundiales de alimentos están bien abastecidos, pero hay preocupación, por lo que deben tomarse medidas para asegurar que los mercados sean una fuente transparente, estable y confiable en el suministro de alimentos.
A medida que la actividad económica se desacelera por la pandemia de COVID-19, el acceso a los alimentos se verá afectado por la reducción de ingresos y la pérdida de empleos. "Debemos asegurarnos de que el comercio agrícola siga desempeñando su función de contribuir a la seguridad alimentaria mundial y a una mejor nutrición", aseveró.
El funcionario refirió que "ahora, más que nunca, necesitamos reducir la incertidumbre y reforzar la transparencia del mercado mediante una información oportuna y fiable".
Qu aseguró que los confinamientos y las restricciones de movimientos podrían perturbar la producción, procesado, distribución y venta de alimentos, tanto a nivel nacional como mundial, con el potencial de tener un impacto "inmediato y grave" sobre aquellas personas que tienen restringida su movilidad.