En la resolución aprobada se prevé obligar a los Estados miembro de la Unión Europea (UE) a que definan metas para reducir el uso y producción de tazas desechables y contenedores de comida. Se trata también de sacar del mercado productos que se comercializan como biodegradables pero que se descomponen en microplásticos.
Estas medidas para reducir la polución plástica irán acompañadas de campañas de sensibilización y de mayor responsabilidad de las empresas productoras.
“Ésta es una victoria en la lucha contra la polución plástica pero tenemos aún un largo camino que recorrer hasta dejar de asfixiar al planeta con nuestra propia basura”, comentó la eurodiputada Margrete Auken, encargada del tema plásticos en el grupo parlamentario ecologista.
“No podemos permitir que la era del plástico sea la última era de esta Tierra simplemente porque no encontramos la manera de volver a utilizar nuestra taza de café”, subrayó Auken.
Esta propuesta se suma al éxito de la directiva contra las bolsas plásticas. Será votada por el pleno del Parlamento Europeo a finales de octubre en Estrasburgo.