Alrededor de 155 bomberos trabajan en la zona para controlar los incendios y cuentan con el apoyo aéreo de 23 helicópteros, así como tres aviones, indicaron fuentes oficiales, que reportaron que los siniestros no ha causado víctimas, solo algunos daños materiales.
Una conflagración inició el pasado martes en las inmediaciones de la ciudad de Nelson, en el centro del país y se extendió a Wakefield en el suroeste, mientras que los bomberos continúan las labores para detenerlo, las llamas amenazan a casas, comercios, escuelas y carreteras.
De acuerdo con reportes de prensa, unas tres mil personas fueron trasladadas a albergues temporales, como medida preventiva y de manera coordinada.
Indicaron que maestros y el personal de la Escuela Wakefield están programados para recibir este lunes a los alumnos evacuados desde una base temporal en la Iglesia Comunitaria Hope.
Precisaron que los residentes de Wakefield fueron evacuados debido a la amenaza del incendio, por lo que la comunidad de la escuela ha puesto en marcha los preparativos para proporcionar un programa para los niños.
De acuerdo con las autoridades, los equipos de bomberos están preparados para los vientos más fuertes que se registran este domingo. “El riesgo sigue siendo alto. Los residentes de todas las áreas evacuadas deben esperar estar fuera de sus hogares durante algunos días".
Las autoridades declararon estado de emergencia en la región, y la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, deseó que "las condiciones meteorológicas sean favorables para sofocar los incendios".