“Conmigo no van a poder”, aseguró la expresidenta al salir de los tribunales, en donde este jueves tuvo que presentarse ante el juez Claudio Bonadío, quien la acusa de los delitos de traición a la patria y encubrimiento de terroristas.
La causa investiga un acuerdo del gobierno argentino con Irán en torno al atentado terrorista que en 1994 sufrió la Asociación Mutual Israelita Argentina y que mató a 85 personas.
Fernández de Kirchner advirtió que esta supuesta investigación “es un gran disparate jurídico” y agregó que “la única traición a la patria que hay en el país es utilizar al Poder Judicial para perseguir a los opositores”.
Insistió en que “además de ser un gran disparate, el objetivo de esta persecución judicial es atemorizar a los dirigentes de la oposición. Quieren hacer callar a la oposición en el Parlamento. El gobierno está atrás de esto con sus operadores judiciales”.
Sin mencionarlo de manera directa, la senadora electa se refirió al diputado Julio de Vido, quien fuera el ministro más importante de los gobiernos kirchneristas (2003-2015) y que la víspera quedó detenido acusado de presunta corrupción.
Consideró que el gobierno quiere “un parlamento sumiso”, con legisladores que voten “lo que ellos quieren”, cosa que ella no hará una vez que asuma, el próximo 10 de diciembre.
“Este objetivo de silenciar a la oposición tiene que ver con el ajuste que se viene, para que hable de otras cosas y no del aumento de las naftas y las tarifas, de la flexibilización laboral”, dijo.