De acuerdo con el decreto firmado por el presidente Mauricio Macri, la declaración de asueto es para que la disminución de la circulación de personas “favorezca la ejecución de todas las tareas que resultan necesarias para el desarrollo exitoso de la cumbre".
Como el 30 de noviembre es viernes, la decisión apuesta a que muchos ciudadanos opten por salir de Buenos Aires y faciliten las operaciones del cónclave que movilizará por la ciudad a líderes mundiales que llegan con fuertes equipos de seguridad.
El G20 está integrado por 19 países y la Unión Europea, más España como invitado permanente, y esta es la primera vez que se realizará en Sudamérica, por lo que Argentina, en su calidad de anfitrión, tuvo la posibilidad de invitar a Chile y los Países Bajos.
Los países miembros de este bloque representan el 85 por ciento del Producto Interno Bruto global, dos tercios de la población mundial y el 75 por ciento del comercio internacional.
Además de los presidentes y jefes de Estado, vendrán directores de organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, lo que incrementa las necesidades de seguridad.
Por eso, el gobierno ya decidió cancelar del 29 de noviembre al 1 de diciembre las operaciones normales del Aeroparque Metropolitano ubicado en esta capital, ya que se reservará para aeronaves presidenciales, jefes de delegaciones o comitivas oficiales internacionales.
Lo mismo ocurrirá en los aeropuertos ubicados en los alrededores de Buenos Aires, mientras que el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, que es el más importante del país, también será sometido a controles específicos en sus operaciones.
Para el G20 se espera la visita de siete mil personas, entre ellas presidentes, ministros y otros funcionarios, además de los dos mil periodistas que ya fueron acreditados.
En el operativo de seguridad participarán alrededor de 20 mil efectivos de la Policía Federal, de la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, más los cuerpos de Gendarmería, Prefectura y Aeroportuarios.