Denver (CO), 20 oct (EFE News).- Aunque la gran mayoría de las iglesias evangélicas o protestantes de Estados Unidos ya ofrecen servicios en persona, la cantidad de feligreses se mantiene por debajo de los números de febrero pasado, una situación que afecta especialmente a las congregaciones latinas, revela una encuesta difundida este martes por LifeWay Research.
Según el reporte, tras el cierre obligatorio por la pandemia del coronavirus, las iglesias evangélicas comenzaron a reabrir sus puertas en mayo pasado, con 7 de cada 10 iglesias abiertas en julio y 9 de cada 10 en septiembre.
Pero entre las iglesias latinas, que generalmente carecen de templo propio, la cancelación de los servicios y su reemplazo por servicios en línea no fue seguido por el regreso de los feligreses a las reuniones en persona, debido principalmente a la falta de recursos financieros suficientes para afrontar la pandemia, a diferencia de lo sucedido con las megaiglesias, explica la encuesta.
Específicamente, mientras 87 % de las iglesias con mayoría de miembros blancos mantienen servicios en persona desde el mes pasado, sólo 40 % de las iglesias latinas lo hicieron.
Y aunque entre las iglesias con mayoría de blancos la pérdida de feligreses oscila del 30 % al 50 % al comparar los números de febrero con los de septiembre, entre las iglesias latinas y de otras minorías esa pérdida es de 70 %.
“Cada vez son más las iglesias en Estados Unidos que encontraron la manera de volver a reunirse, pero no encontraron la manera de volver a la normalidad”, comentó Scott McConnell, director ejecutivo de LifeWay Research, al presentar la encuesta.
“El impacto de las nuevas reglas, y el cuidado y las dificultades (creadas por la COVID-19), significan que una de cada diez iglesias aún no tiene ningún tipo de servicio de adoración en persona. Las iglesias son organismos vivientes y cuando falta una tercera parte de los miembros, las iglesias ya no están completas”, agregó.
El nuevo sondeo confirma lo que el Pew Research Center había encontrado en agosto pasado al detectar que los hispanos y los afroamericanos son “más escépticos” que los blancos en cuanto a la posibilidad de ir en persona a la iglesia sin contraer la COVID-19.
Y ya en abril pasado, un mes después del inicio de la pandemia, el Pew Research Center encontró “bancos vacíos y canastas de ofrendas vacías” en las iglesias hispanas.
En ese contexto, McConnell anticipó que “hasta 5 %” de todas las iglesias podrían cerrar definitivamente en los próximos meses, dado que la mayoría (51 %) de las iglesias solo cuentan con fondos de reserva para operar de dos a cuatro meses sin recibir donaciones o ayuda externa.
Entre las iglesias hispanas esas reservas son aun menores porque son las congregaciones que menos ayuda económica, respaldo y capacitación reciben por parte de las denominaciones a las que pertenecen, según LifeWay Research.
Por eso, una de cada cinco iglesias hispanas y de otras minorías ya ha reducido el salario del pastor o eliminado posiciones pagadas. Otras han postergado proyectos de construcción o cancelado el respaldo a misioneros.
En esas congregaciones, “los feligreses reanudaron sus otras actividades, pero no volvieron a la iglesia”, dijo McConnell.
Existe, sin embargo, una interesante posibilidad para el futuro de las pequeñas iglesias latinas: colaborar con grandes iglesias no latinas en mejor posición económica porque “las grandes iglesias no están acostumbradas a funcionar con tan pocas personas y quizá necesiten reconectarse con pequeñas iglesias en su área para obtener ideas”, puntualizó.
Congregaciones latinas pierden recursos y feligreses debido a la pandemia
20
de Octubre
de
2020
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