"Las Fuerzas Armadas de Armenia atacaron la ciudad de Bardá con bombas de racimo (prohibidas por las convenciones internacionales)", según un comunicado la Fiscalía General, que no descartó que pueda aumentar el número de víctimas mortales.
La nota precisó que las fuerzas armenias lanzaron cohetes Smerch, de fabricación rusa, contra una zona altamente poblada en la que hay grandes superficies comerciales.
La Fiscalía General recordó que la víspera en esta ciudad murieron cuatro personas y otras trece resultaron heridas a consecuencia de ataques armenios.
La portavoz del Ministerio de Defensa de Armenia Shushán Stepanián, calificó de "falsas" en su página de Facebook la informaciones difundas por Baku sobre ataque a Bardá, ciudad que se encuentra a unos 35 kilómetros de la zona de guerra
Las autoridades del enclave separatista de Nagorno Karabaj denunciaron a su vez que los militares azerbaiyanos bombardearon con cohetes Smerch las ciudades de Shushá y Stepanakert.
A consecuencia del bombardeo de Shushá "murió un civil y otros dos resultaron heridos", informó el Comité de Emergencias de la autoproclamada república, que no informó sobre muertos y heridos en la capital del enclave, aunque denunció la destrucción una maternidad.
El Ministerio de Defensa de Azerbaiyán desmintió a su vez este ataque, que calificó de "desinformación difundida deliberadamente".
"Con este tipo de informaciones el enemigo intenta desviar la atención de los crímenes de guerras cometidos en Bardá que se cobraron un gran número de vidas", señaló la cartera en una nota.
La Fiscalía General de Azerbaiyán informó en la mañana que desde el comienzo de los enfrentamientos por Nagorno Karabaj han muerto 69 personas y 322 resultaron heridas, a las se le suman las víctimas de este miércoles.
Mientras Azerbaiyán no informa el número de efectivos caídos en combate, el Ministerio de Defensa del Karabaj indicó hoy que durante la última jornada 59 armenios perdieron la vida en combate, con lo cual la cifra de militares karabajíes muertos asciende a 1.068 en un mes de guerra.
El conflicto armenio-azerbaiyano, que volvió a activarse el pasado 27 de septiembre, se remonta a los tiempos de la Unión Soviética, cuando a finales de la década de 1980 el territorio azerbaiyano de Nagorno Karabaj, poblado mayoritariamente por armenios, pidió su incorporación a la vecina Armenia, tras lo cual estalló una guerra.
Al término de los combates, que se prolongaron hasta 1994 y costaron cerca de 25.000 muertos, las fuerzas armenias se hicieron con el control de Nagorno Karabaj y también ocuparon vastos territorios azerbaiyanos, que llaman "franja de seguridad", para unirlo a Armenia.
Azerbaiyán sostiene que la solución al conflicto con Armenia pasa necesariamente por la liberación de los territorios ocupados, demanda que ha sido respaldada por varias resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Armenia apoya el derecho a la autodeterminación de Nagorno Karabaj y aboga por la participación de los representantes del territorio separatista en las negociaciones para resolver el conflicto.
Tras el reinicio de la guerra, las partes beligerantes han pactado en tres ocasiones un alto el fuego pero ninguno ha llegado a cumplirse.