Roma, 18 feb (EFE).- Los 247 migrantes --entre ellos 53 menores no acompañados y un bebé de 5 meses-- que fueron rescatados en varias operaciones entre el domingo y el lunes por el barco humanitario Ocean Viking, de la organización SOS Méditerranée, esperan a bordo que algún país europeo autorice un puerto en el que desembarcar.
La organización explicó hoy en un comunicado que entre los socorridos había casos de inhalación, quemaduras de combustible e infecciones de la piel, y que a bordo en estos días muchos han sufrido mareos, deshidratación, dolores de cabeza y de estómago.
"Según la ley marítima, un rescate solo se completa formalmente cuando los rescatados han desembarcado en un lugar donde sus vidas ya no corren peligro y sus necesidades básicas están satisfechas", dijo SOS Méditerranée para lamentar que, "a pesar de cinco solicitudes a las autoridades marítimas competentes, el barco aún no ha recibido instrucciones sobre dónde atracar".
Entre los salvados se encuentra Amath, senegalés de 19 años, que se fue a Libia con su hermano cuando tenía solo 9 años, para buscar un futuro mejor.
Según ha contado a la tripulación del Ocean Viking, en Libia "fue encarcelado diez veces, a menudo golpeado por guardias o policías, con cicatrices por toda la espalda" e incluso "recibió un disparo en la pierna mientras intentaba escapar".
De forma paralela, el fundador de la ONG Open Arms, Òscar Camps, anunció en las redes sociales que el barco homónimo vuelve al mar: "El Open Arms vuelve a navegar en aguas internacionales. Ha costado un gran esfuerzo sortear meses de bloqueos, trabas administrativas, restricciones y pandemia, pero volvemos otra vez".